Que asquerosos que son

Es la frase que se me ha venido a la cabeza al leer las opiniones de los opinadores oficiales, pagados, de los medios de comunicación catalanes.

Según estos asquerosos, Cataluña se sentiría bien en España si en España se tratara bien a los catalanes, con respeto, admitiendo sus diferencias, su idiosincracia y otro tipo de cosas parecidas a decirles: "joer, que guapos son ustedes los catalanes, que listos y que buenos y que superiores a nosotros".

Bueno, tan infantiles propósitos de tener que ser encumbrado por tus semejantes, como si fueras un niño de cinco años inseguro que precisa de que alguien le potencie su autoestima, sería algo que podría quedar en el mero ridículo. La pregunta del millón de dólares es... ¿se hace algo parecido desde Cataluña?

En Cataluña llevamos 30 años, se dice pronto, descalificando de forma oficial al resto de España. De forma extraoficial esta descalificación, especialmente de parte de una parte de la oligarquía catalana hacia España, podría remontarse a más de 100 años.

De forma más o menos oficial, oficiosa, con declaraciones políticas de la clase política catalana y de su bien pagado y mantenido entorno social, y educacional, libros históricos incluidos, se viene predicando, o se ha dicho, lo siguiente:

- España roba a Cataluña. La realidad: en Cataluña los impuestos locales son de los más altos de España. Incluso las gasolinas son maś caras porque la Generalitat puso un impuesto para financiar la sanidad pública. Los sueldos de los cargos públicos en Cataluña son el doble a la de la media del resto de España. Los impuestos estatales transferidos, en algunos casos suprimidos en otras CC.AA, se siguen manteniendo en Cataluña. Los funcionarios catalanes son de los mejor pagados de España. Las oposiciones al funcionariado en Cataluña dependen de una entrevista particular con el responsable de turno. La mayoría de los servicios públicos han sido privatizados, lo que evita la inspección del Tribunal de Cuentas. Nadie sabe cuantas personas están contratadas por motivos estrictamente políticos en estas empresas. En los ayuntamientos pasa lo mismo.

- Los Españoles, especialmente los andaluces, extremeños y murcianos, son unos muertos de hambre que viven a costa de los impuestos que pagan los muy trabajadores catalanes. La realidad: la inmensa mayoría de la poblacion catalana tiene antepasados o desciende directamente de andaluces, murcianos, extremeños y aragoneses. Este desprecio institucionalizado de la clase burguesa catalana hacia estos colectivos ha propiciado un desapego al origen, un borrado, una aceptada asimilación: "es catalán todo aquel que vive y trabaja en Cataluña". Para un catalanistas, un andaluz que viva en Cataluña debe intentar ser catalán. Esto ha sido tan potenciado por las pretendidas asociaciones ciudadanas, sindicales, políticos supuestamente de izquierdas, que sólo algunos reductos donde la población es mayoritariamente de origen andaluz conservan algo de un orgullo por su patria chica. Por el contrario, este mismo nacionalismo catalán exige que cuando un catalán sale de Cataluña, no olvide sus raices, ni sus orígenes.

- La Guerra Civil Española del 1936 fue una guerra entre España y Cataluña-Euskalerría. Parece absurdo, pero mucha gente en Cataluña se cree esto. No es algo que se escriba con todas las letras, pero la historia se explica en Cataluña de la siguiente manera: "es grande, pesa cientos de kilos, tiene cuernos, cuatro patas, un rabo, suele ser de color blanco, como hierba, da leche y dice muuuu... ¿qué es?".

- Los mesetarios son muy diferentes a los catalanes. Los catalanes son cosmopolitas, amables, bilingües, abiertos al mundo, comerciantes, pacíficos. Los mesetarios castellanos son cerrados, palurdos, analfabetos, miserables, monolingües, violentos, cortos de entendederas, intolerantes e iracundos.

- Cataluña siempre ha sido más rica y prospera que el resto de España. Cataluña siempre ha sido la región más culta. Cataluña fue el primer país en redactar una Constitución. En Cataluña la gente era libre, catalana y se expandió por el Mediterráneo, mar del que eran dueños y señores. Como fruto de esa expansión existen los países catalanes, unos lugare en donde viven los descendientes de los conquistadores catalanes. La realidad: Cataluña no siempre ha sido la región más rica. En ocasiones, durante siglos, Cataluña fue un lugar más parecido a Afganistán, poblado de señores de la guera y bandidos, que un lugar civilizado. En Cataluña no existía la condición de ciudadano. Los payeses estaban atados a la tierra y sólo podían moverse del lugar si su señor les daba permiso. Para tener mano de obra barata, el permiso era denegado. El resultado era un bandolerismo endémico. En los llamados "países catalanes" ya vivía gente. Todos ellos, al contrario que Cataluña, habían sido reinos independientes. En todos estos territorios se hablaba una variedad del latín muy parecida al actual catalán o valenciano. La primera gramática de la lengua valenciana es anterior en varios siglos a la primera gramática catalana, que fue encargada por la Diputación de Barcelona al ingeniero afrancesado Pompeu i Fabra. En un primer momento se dudó en llamar a esta gramática "Gramática de la lengua Lemosina", pues los nacionalistas catalanes tenían en mente la idea romántica de una liguria ancestral, perdida, que había de ser recreada. Finalmente optaron por llamarlo catalán. Estos supuestos conquistadores catalanes provenían en buena parte de Aragón. Misteriosamente, antes de entrar en combate gritaban: "por Aragón". Ninguna mención a Cataluña. Muchos de sus generales eran señores de fortuna del norte de Europa. Eso sí, cambiaron sus nombres porque los suyos naturales eran impronunciables por sus tropas. En su momento, un señor castellano de fortuna, el Cid Campeador, al servicio de un rey moro, capturó como prisionero al conde de Barcelona.

- Castilla siempre ha pretendido la destrucción de Cataluña, de la cultura catalana y de todos sus innegables logros. El primer libro que merece ser llamado novela moderna es el Tirant le Blanc, que está escrito en catalán. Realidad: el tirant le blanc, o tirante el blanco, lo escribió un valenciano, y está escrito en valenciano. Se sabe de este libro, y puede que se haya conservado gracias a ello, por la mención que de él hace Miguel de Cervantes en su Don Quijote de la Mancha. Para Cervantes, y para otros escritores, incluso contemporáneos, esta novela es la mejor que se ha escrito nunca. ¿Cuánta gente ha leído en Cataluña este libro? Casi nadie. Yo no conozco a nadie. ¿Saben de su existencia? Sí, claro, y lo consideran superior al Don Quijote y a cualquier otra cosa que no han leído, y para ellos, el libro está en catalán. ¿Porqué no lo leen? No tienen tiempo. Para ver los partidos del Barcelona o la telenovela, sí que lo tienen tiempo. Pero la culpa de toda esta desidia e ignorancia es de los castellanos y de España, que siempre han odiado a Cataluña y a los catalanes.

Podría continuar, pero sería largo y cansino. La cuestión es que sí, sigo pensando que son unos asquerosos que tiran la piedra, insultan, menosprecian, se hacen las víctimas y después exigen respeto. Pero no se puede pedir respeto cuando se ha mamado de la infamia, el menosprecio y la mentira más escandalosa una catalanidad enfermiza y muy enferma que ve enemigos cada vez que se mira en su propio espejo de los odios, las rencillas y los complejos históricos no superados.