Personalmente tengo muy claro que los medios de información tienen como finalidad manipular a sus usuarios y ofrecerles una visión determinada, y no otra, de lo que finalmente será tenido por la realidad misma por estos inocentes consumidores de mentiras.
La más fácil de las manipulaciones consiste en eludir, silenciar o evitar que el público acceda a ciertas informaciones y datos. En el diario que voy a utilizar como ejemplo, La Vanguardia, que antiguamente se llamaba La Vanguardia Española, hace tiempo que se intenta dar una visión de la realidad catalana consistente en dar a entender que la mayoría de los catalanes, los buenos y bien informados, claro, son independentistas porque es lo lógico y más sensato.
Para reforzar esta perogrulla idea que podrá ser consultada por los futuros desistoriadores en las hemerotecas, porque si la prensa en mentirosa, la historia oficial ni te cuento, La Vanguardia no duda en escribir editoriales donde la falacia brilla en todo su máximo explendor, aunque también son especialistas en silenciar noticias, eludir datos y manipular los titulares.
Como primer ejemplo: en lo referente al dichoso estatuto de los cojones, en dicho periódico se habla siempre del recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el PP, incluso se pide, se exige, se comenta, se informa, gente manda cartas, los politicos piden, solicitan, exigen, que el PP retire dicho recurso. Ni por un momento se especifica que el Estatuto está recurrido por el PP, 114 artículos; el Defensor del Pueblo, 112 artículos, y varias CC.AA más que ven invadidas sus competencias por el dichoso Estatuto. En total son cerca de 200 artículo. Tampoco se suele informar de que la sentencia aún no es pública, sólo se ha hecho público un resumen de la resolución del tribunal, y que dicha sentencia, que saldrá a la luz posiblemente el día 10 de julio, tendrá no menos de 1000 páginas. Claro está que no hay ni una sóla mención en dicho diario a la idiotez política de convocar una manifestación el día 10 de julio contra una sentencia que aún no se conoce. Todo lo contrario, se propaga la idea de la necesidad de dicha manifestación para salvar la dignidad mal herida de Cataluña, señora a la que nunca me he cruzado por la calle, pero a la que se suele nombrar como si tomara el son cada día y pudieras hablar con ella por teléfono.
Pero sigamos con el periodicucho de marras.
España se clasifica para la final del mundial de fútbol 2010 ganando a Alemania.
Según dicho diario, y estas noticias falsas ya se han dado en otras ocasiones, 500 personas, exactas, salen a festejar la victoria en las calles de Barcelona.
No vivo en Barcelona, pero sé por otras personas que esa cifra es totalmente falsa. Yo vivo en Cataluña, en una ciudad pequeña, de poco más de 20.000 habitantes, y sólo aquí puedo asegurar que más de 500 personas celebraron la victoria de España en plena calle, con banderas, coches y canciones. Los gritos de "Viva ESpaña" los podía escuchar desde mi casa. Yo no salí a festejar nada porque aunque me elegro mucho por la victoria, no soy fútbolero. Y por el alboroto general también sé que no fui el único que lo festejó y disfrutó entre las cuatro paredes de su reducto particular.
¿Qué motivos tiene La Vanguardia para mentir tan descaradamente? Puede que simplemente sea la inercia. Cuando un barco va en una dirección, aunque se paren las máquinas, continúa avanzando. Las mentiras de la prensa en Cataluña, su manipulación informativa en pos de la construcción nacional del régimen nacinalista, es tan descarada, que una mentira más o menos, ya no tiene importancia.
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