No soy futbolero, pero reconozco que he estado a punto de llorar de pura emoción. ESPAÑA CAMPEONA DEL MUNDO. Y no es porque sea España, es porque el fútbol lo merecía. Holanda no podia ganar. Ese grupo de tipos pegando patadas ante la impertérrita mirada del árbitro, no podían ganar. No podian ganar unos tíos que se quejaban de todo, que pegaban, que hacían un juego sucio y rácano, que sólo buscaban la contra, encerrados. No podían ganar. Habría sido injusto. Y por una vez, por una, la justicia triunfó y España ganó justamente, porque tenía que ganar el fútbol a una mala y sucia selección holandesa.
Y a todo esto: los políticos aprovecharon el mundial para hacer la reforma laboral; privatizar las cajas de ahorros, que no es un tema menor, pero del que nadie parece haberse enterado; y subieron los precios con lo del IVA; y marearon la perdiz con el tema del Estatuto de Cataluña que se mezcló con el fútbol para mayor atontamiento general, así que bueno, la vida mañana seguirá igual de perra.
La vida sigue igual de perra pero estos chicos, hoy en día millonarios, cierto, pero muchos de ellos de origen humilde, se lo merecían.
Se lo merecían por ser humildes en la derrota y en las victorias. Por mantenerse en su sitio, sin malas caras. Por ser nuestros mejores embajadores. Por haber donado todas las primas que da la federación, de cientos de miles de euros por cabeza, creo recordar, a organizaciones benéficas. Por dar una buena imagen deportiva, por ser un ejemplo a seguir para toda la juventud. Por todo esto: chicos, GRACIAS. GRACIAS POR SER ESPAÑOLES Y POR DEJAROS LA PIEL POR LA SELECCION ESPAÑOLA. VIVA ESPAÑA Y LA MADRE QUE LA PARIO.
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