lunes, 18 de octubre de 2010

El fiasco de las consultas independentistas en Cataluña.

Hace algún tiempo, cuando aún me molestaba en ver la televisión, Maria Teresa Campos tenía un programa en el cual los espectadores podían elegir las noticias más interesantes, por otro lado los periodistas del coloquio escogían las noticias que más les interesaban y además, se daban a conocer las cabeceras de los principales diarios.

Finalmente, un día María Teresa Campos se planteó que las noticias que más interesaban a los ciudadanos en pocas ocasiones coincidían, ni con las que aparecían en las cabeceras informativas, ni con las que elegían sus periodistas en el programa. La conclusión que sacaba es algo muy dicho miles de veces, y es que la clase política y los medios de "comunicación" viven en un mundo paralelo al de los ciudadanos.

En Cataluña llevamos varios meses, quizás un año, de consultas independentistas. Estas consultas, claramente ilegales, hacen uso del patrón municipal, se llevan a cabo en dependencias públicas, o de asociaciones "ciudadanas" subvencionadas, se les prestan urnas oficiales y se les da propaganda en los medios de comunicación regionales, locales y por si usted aún no se ha enterado, un coche con megafonía se paseará por su localidad durante una semana anunciando el evento. En mi caso, puedo dar fe de que de vez en cuando dicho vehículo interrumpía el mensaje y ponía música mora. No sé si era una excentricidad del conductor o un guiño hacia los magrebís, pero ahí está el dato.

En estas consultas pueden votar los mayores de 16 años, y toda persona empadronada, lo que incluye que los extranjeros, incluso los que están en situación ilegal, sólo por aparecer en el padrón municipal, pueden votar en la consulta.

A tu casa, a todas las casas, mandan una carta en la que te invitan a participar en el evento y te informan de que puedes votar en cualquiera de las mesas existentes. Se de personas que han votado varias veces en las distintas mesas y algunos ni tan siquiera estaban empadronados en el municipio. El carnet de la biblioteca municipal o del polideportivo, eran un documento "oficial" suficiente para permitirles votar. Algunos tienen a orgullo el haber participado en distintas votaciones populares independentistas en distintos municipios.

Pese a estas pésimas garantías de imparcialidad, pues los organizadores son parte del proceso, los resultados, tanto en participación, como en resultados, han ido del ridículo hacía el ridículo más espantoso.

En Tarragona sólo votó el 3% del patrón. Evidentemente, los resultados son siempre entre un 80 y más del 90 por ciento, afirmativos para la pregunta que se plantea.'¿Está de acuerdo en que Catalunya sea un Estado de derecho, independiente, democrático y social, integrado con la Unión Europea?'.

Lo que no se explica a la gente es que una Cataluña independiente quedaría automáticamente excluida de la Unión Europea. Las leyes son claras. Se accede a la Unión mediante negociaciones entre Estados soberanos, y si Cataluña se excluye del Estado Soberano que entró en la Unión Europea, tendrá que volver a negociar con la Unión las condiciones de su ingreso.

Otra cosa que no se explica a los catalanes es que para entrar hay un orden protocolario de negociación. Las negociaciones de Cataluña para ingresar en la Unión estarían tras las de Turquía, Serbia, etc., etc.

Algunos ilusos estarán pensando que todo esto se pasará por alto y se obviará para el caso Catalán. Pero no parece que esto sea posible porque a parte de ser desde el punto de vista de las leyes comunitarias, ilegal, crearía un precedente para la Bretaña francesa, Córcega, Escocia, Norte de Italia, etc., es decir: que nadie en Europa, especialmente en Francia, va a estar por la labor de lanzar gasolina a un incendio.

Así las cosas, si los políticos independentistas catalanes se salieran con la suya, a los catalanes de a pie sólo les espera la miseria más absoluta. Según algunos cálculos, el PIB catalán se reduciría entre un 20 y un 30 por ciento.

¿Cuánto duraría este desastre económico y social? Como mínimo sería de 5 años. Lo más normal es que fueran 10 años, y si hay veto al ingreso por parte del Reino de España, podríamos estar hablando de 15, 20 ó 30 años.

La solución ideal para los nacionalistas catalanes sería la completa destrucción de España, con lo cual tendrían una baza para muerto el perro, plantear una solución especial, pero eso tampoco parece muy posible porque Francia siempre se va a plantear una solución más acorde con sus intereses, como podría ser el aceptar a los reínos de taifás españoles como Estados Libres Asociados.

El ejemplo más evidente de Estado Libre Asociado lo tenemos en Puerto Rico. Es otra forma de llamar a un Estado que carece de soberanía, finanzas ni ejército propio.

Así que la solución a la que van los muy nacionalistas políticos catalanes, vascos, navarros, gallegos, canarios, andaluces y otros más que se apunten al destroce de España, es la de conseguir ser los dictadores de pequñas naciones intervenidas por la Unión Europea, sin capacidad de decisión, sin ejército y con tropas de la OTAN controlando la integridad territorial, o las greñas locales, de estos señores feudales.

Como ya les pasó a las Repúblicas Hispano Americanas, un nacionalismo delirante, un abuso de banderas, una locura de frases patrióticas, no significa que sean más fuerte, ni más independiente, ni que tengas capacidad de decidir. El resultado siempre suele ser, lo podemos apreciar en las ex-repúblicas soviéticas, o en las ex-yugoslavas, más corrupción política, más miseria entre la población y la consolidación de una casta política vendida a intereses internacionales que no duda en traicionar, robar y pisotear al pueblo que dijo quería liberar de sus opresores.

Un ejemplo claro de las consecuencias internacionales de plantear una secesión, lo tenemos en Quebec. En esta región francófona de Canadá se realizaron varias votaciones que los secesionistas perdieron por un puñado de votos. Finalmente se redactó una Ley que impedía utilizar eufemismos en la pregunta de la votación. También, por fin, el gobierno canadiense se molestó en explicar a la población los resultados prácticos de irse de Canadá, como eran el tener que renegociar todos los tratados internacinales y quedar aislados del comercio y la comunidad internacional. Lo siguiente a todo eso fue cierto desplome de la economía de
Quebec, la fuga de empresas y el fin de las consultas secesionistas. En Quebec la economía y el nivel de vida está entre un 10 y un 15 por ciento por debajo de las del resto de Canadá. Esto mismo va camino de suceder en Cataluña. Tiempo al tiempo. El bono catalán no se coloca en los mercados internacionales, está peor considerado que el griego, y sólo el respaldo del Estado Español y la Unión Europea, evitan que la situación sea de banca rota.

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