Vivimos en el país de las distracciones y los saraos. Mientras la economía real se desmorona, los salario, quien lo tiene, bajan y los precios suben; el gobierno sigue regalando dinero a la banca; se privatizan las Cajas de Ahorros; la Generalitat Catalana está en banca rota, unos 34.000 millones de pacotilla tienen la culpa; el paro no hay quien lo solucione; la reforma laboral es malísima para los trabajadores y además, costará dinero público, y todo pinta fatal para los siglos de los siglos, Zapatitos y el tinglado mediático socialista, que es como decir el 95 por ciento de los medios de comunicación, nos tienen o han tenido entretenidísimos con temas tan sumamente importantes como el semestre europeo; el Tribunal Constitucional; el Estatuto inconstitucional de Cataluña, que al final se ha quedado practicamente como estaba; el mundial de fútbol; los toros, pero por su prohibición en Cataluña; la candidatura socialista a Madrid, que a nadie le importa un pimiento, pero ocupa espacio, y ahora llegamos al futuro tema estrella: Ceuta y Melilla.
El que quiera saber lo que se mueve mediáticamente sobre este asunto, que consulte El Pais.
¿Es casual lo que está pasando con Ceuta y Melilla? ¿No es el PSOE tan amiguito del sátrapa de Marruecos? ¿Le han pedido a este... "monarca", que nos monte alguna historia que pueda entretenernos un poco y dar fuerzas a Zapatero, mostrando un talante patriótico, como el de Aznar con Perejil, que le pueda dar votos?
La historia nos dice que el PSOE es capaz de esto y de mucho más. Incluso de montar una revolución y mandar al ejército, aunque sea sólo contra los controladores aéreos, con tal de conseguir dar una imagen de fuerza y rascar votos de donde los ha perdido.
Lo malo del PSOE es que el coste de todas estas aventuras por el poder, de las que tenemos sobrados ejemplos historicos, las paga el pueblo humilde. Y conociendo los antecedentes, cualquiera que se moleste los puede llegar a conocer, y los sobradamente incapacitados que son los socialistas para casi todo, la jugada de distracción sobre Ceuta y Melilla les podría salir mal, tan rematadamente mal que yo, incluso me pregunto si alguno de estos no será descendiente de aquellos iluminados visigodos que pidieron ayuda a los árabes en sus disputas dinásticas. Y el resultado de esa ayudita, nunca bien explicada, con conversión de parte de la nobleza visigoda al islám inclusive, lo sabemos todos de sobras.
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