En los dibujos animados antiguos todo disparatado artilugio de destrucción masiva, era de la marca ACME. En realidad, cualquier cacharro, y cuanto más absurdo mejor, era marca ACME. Ocurre que en esta nuestra querida piel de toro, de la conjunción planetaria y el progreso, Zapatero tiene tatuado en la nalga izquierda el logotipo de ACME y algunos, no muchos, que todo hay que decirlo, aún no se han dado cuenta del peligro.
Que mientras escribo estas líneas España se encuentre en estado de "Alarma", es del todo normal porque todos los españoles llevan más de cuatro años muy alarmados por el tema del paro. Tema que además de alarma, crea depresión, miseria, hambre, desesperación, y una media de ocho suicidios diarios.
Otra cosa que alarma mucho a los españoles, es la constatación totalmente empírica y evidente de que los políticos son el principal foco, origen y chispa incendiaria que alimenta los problemas económicos, sociales, políticos, identitarios y laborales que aquejan al país.
El siguiente signo de alarma general es el de la corrupción política. Problema muy extendido, conocido por todos, y ejercido con orgullo, desparpajo y descaro hasta en la pedanía más pequeña e insignificante de la sierra más recóndida, rocosa y perdida del páramo más desértico de nuestro querido hogar patrio.
La alarma también se enciende sobre cualquier tema en el que se ponga la vista, sea el de la precariedad laboral, y eso es para los que aún trabajan; el futuro de las pensiones; la calidad de la enseñanza; los índices de drogadicción; los niveles de pobreza; los índices de competitividad; el coste de la vida; la inseguridad ciudadana; la violencia de género; la violencia en general; el nivel universitario; las listas de espera en los hospitales; el incumplimiento de la Ley de Dependencia; las multas por no cumplir con Kioto; los abusos legales de lo más variopinto, empezando por la ESGAE y terminando por las comisiones bancarias; la ejecución de las hipotecas... En España, los españoles, gracias a este gran partido político que es el PSOE, que como viene siendo una tradición en el quehacer histórico de dicho partido político, si de algo se honra es de crear pobreza, crispación y desesperación a raudales, podemos presumir de vivir en perpétuo estado de alarma.
No hace falta decir que en un "estado de alarma", muchos derechos constitucionales quedan en el aire. Y así es como vivimos gran parte de los españoles, con los derechos al trabajo, a la vivienda, a la dignidad profesional, a la educación, a la información, a la vida, en el aire.
Así vivíamos, inocentes y alarmados, sin que nadie diera fundamento legal a este perpétuo estado de alarma por la subsitencia, hasta que gracias a los controladores aéreos, Zapatero ha convertido lo que era una volatilización de los derechos más elementales, en una volatilización "legal", por Real Decreto, que ha permitido llamar al pan, pan, y al vino, vino. Lo cachondo es que este estado de alarma que todos vivimos y padecemos, sólo se ha aplicado sobre los controladores aéreos.
¿Se puede entender tan aberrante discriminación política? Si es que ya lo dice Pepiño Blanco: "los controladores, son una casta de privilegiados".
Vivimos desde el 2004 en un estado de alerta permanente que ha desembocado seis años después en el desatroso panorama en el que vivimos; un país hundido, a punto de ser intervenido, con cinco millones de parados, nueve millones de pobres y la extraña sensación, Stop, de que todo es susceptible de empeorar más aún, como si fuera una demostración empírica de la ley de Murphy.
ResponderEliminarA partir del próximo día 18 veremos si avanzamos hacaia una bolivarización a la española, cuando Zapatero intente prorrogar sine die el estado de alarma que impide- entre otras cosas- disolver las Cortes.
Y veremos cual es la "reacción" de la narcotizada sociedad española.
Natalia, lo prorrogarán porque no les queda otra solución. No tienen personal, AENA lo ha hecho tan bien, que la única forma de tener controladores es militarizándolos, que es anticonstitucional y poco tiene que ver con el Estado de Alarma. Sólo los podrían militarizar, según algunos juristas, en Estado de Excepción o de Sitio.
ResponderEliminarQue la gente traga con absolutamente todo, es evidente que sí. Yo sigo manteniendo que la agenda de los grandes partidos PP y PSOE es común. Hacen teatro y poca cosa más. Que las bases, o una parte del aparato se crea que existen diferencias grandes, es posible, pero la agenda la cumplen los dos a rajatabla.
Y sí, llevas toda la razón. Todo irá a peor, y mucho. Con ZP porque es un incompetente y un descerebrado integral, y con el PP porque sus recetas son neoliberales a tope. Y yo que vivo en una zona donde todo es ya privado, pero concertado con la administración, te aseguro que esa no es la solución.
Natalia, para que te hagas una idea de lo que la privatización de lo público significa, te pongo dos ejemplos: estas empresas privadas, sea en sanidad, en transporte, en limpieza, para aumentar sus ingresos, porque lo que ahorran por un lado, en personal, lo cobran los directivos, que son del partido este y el otro, o familiares, contratan extranjeros que les salen más baratos. El otro ejemplo es el autobús. Carísimo. 1,7 euros. La última vez que cogí uno, en temporada alta, turística, zona de playa, yo y el conductor éramos los únicos ocupantes. Y así todo el trayecto.
ResponderEliminarComo este servicio de transporte es deficitario, el déficit se paga con dinero público que recibe una empresa privada. Empresa que quizás tarde 6 meses en cobrar. Eso es cierto. Pero... Desde el punto de vista de la eficacia, de la competitividad, ¿no sería mucho mejor un autobús lleno de gente que paga 20 céntimos, o 30 céntimos por viaje, que un autobús completamente vacío porque el precio del trayecto es carísimo? Pues así se hace todo en este país. España, la mires por donde la mires, está en completa baca rota. Y al contrario de lo que propone el PP, esto sólo se soluciona con más Estado, pero un Estado que cree riqueza, que sea un director eficiente y un planificador eficiente de la economía, y que deje crecer a las empresas privadas que sí deben crecer, con un orden y un control que evite pirámides o burbujas especulativas que después tenemos que pagar los más pobres.
Cuando digo más Estado, no me refiero a más agencias gubernamentales, ministros, funcionarios y ese tipo de cosas, me refiero a leyes eficientes, reglamentos posibles de cumplir, racionales, y controles públicos bien hechos, que racionalicen el gasto público, transformándolo de ineficiente a eficiente (generador de riquea real) y que pongan orden y seguridad jurídica en la empresa privada, y en los consumidores, que a día de hoy carecen de derechos efectivos. Y digo esto porque cuanto mejor nos habría ido a todos si algún gobierno hubiera puesto orden en la burbuja inmobiliaria promovida por ayuntamientos y constructoras. O algún tipo de orden en la entrada de trabajadores extranjeros, o en la de ilegales, o en la lucha contra las mafias organizadas. A eso es a lo que me refiero con más Estado.
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