lunes, 20 de diciembre de 2010

Las pensiones de marras y el "rojo" ZP.

Leo en la prensa que el gobierno de ZP pretende alargar la edad de jubilación hasta los 67 años. Leo en otros sitios que no hay límite establecido aún, pues será variable. Otra cosa que cambia es que en vez de 15 años mínimos de cotización, se tengan que haber cotizado 25 años a la Seguridad Social. Sigo leyendo y la OCDE pide que el límite de jubilación sea superior a los 67 años y que el mínimo de años cotizados sea de 35.

Vamos por partes.

En España las leyes laborales son totalmente esclavistas. Valga decir que es totalmente legal el contrato oral. Lo siguiente es que en los contratos laborales españoles no se tiene la obligación de plasmar en el mismo el salario que se cobrará, ni el número de pagas, ni el precio de las horas extras. Estas "tonterías" sólo se plasman en los contratos de gente que cobra legalmente salarios que están muy por encima de lo establacido en convenio. Al resto de los mortales, se les despacha con la indefension jurídica de: "salario según convenio". Lo que ocurre es que en el contrato ni tan siguiera se molestan en especificar a que rama, y convenio, está acogida la empresa que te contrata. Para saber esto, tendrás que molestarte en preguntar en las oficinas de la empresa, donde si quieren te contestarán o directamente romperán tu contrato antes de que empieces a trabajar.

Lo siguiente que ocurre en este mal intencionado país de ladrones, es que en la nómina sólo se ve reflejada una parte del precio laboral del trabajador. La parte empresarial, la parte que cotiza la empresa a la Seguridad Social, que proviene, evidentemente, del esfuerzo del trabajador, porque nadie contrata a un asalariado para poner dinero de su bolsillo cada mes, queda oculta.

¿El motivo?

Este costo laboral oculto, que graciosamente se dice, y técnicamente es asi, paga la empresa, no se tomará en consideración para evaluar las pagas extras, las indemnizaciones por despido, las indemnizaciones por accidente, el subsidio de paro o la pensión de jubilación.

¿Cuál es la candidad enmascarada a los ojos del trabajador con este sistema?

La cuota empresarial que sale del esfuerzo del tabajador pero que por esta engañifa legal el trabajador no ve y queda oculta, se llama cuota empresarial a la Seguridad Social y supone un 31% (23,6 + 6,7 + 0,2 + 0,6 ) del sueldo de un trabajador.

Si usted cobra 1000 euros de salario bruto al mes, que ya es mucho cobrar, a esta cantidad hay que descontarle la cuota de la Seguridad Social, la Cuota por Continguencias Comunes y accidentes de trabajo, la Cuota por Seguro de Desempleo, y la retención del Impuesto sobre la Renta.

¿Cuál es el coste laboral mensual real para la empresa?

El coste real para la empresa de ese trabajador sería: 1000 euros del salario bruto más 310 euros al mes de Cuota a la Seguridad Social, más el prorrateo de como mínimo dos pagas extras anuales, más el prorrateo del mes de vacaciones. Sumando todo esto, el coste laboral total del trabajador debería ser de unos 1500 euros mensuales. Así que el empresario debe calcular un rendimiento mensual por trabajador superior a esa cifra para pagar un sueldo bruto de 1000 euros al mes.

¿Dónde está el timo? El timo está en que mientras el trabajador ha de producir y ser rentable para cubrir esos gastos laborales, a la hora de cobrar una pensión, un seguro de paro o una indemnización, ese 31% de productividad queda oculto y por arte de magia se considera como producido por la propia empresa, lo cual no es cierto.

El siguiente timo que ocurre en España con las pensiones, es que para calcularlas pesan mucho más los últimos años que el cómputo total de años. Esto significa que aunque usted haya cotizado durante 40 años, si en los últimos 5 años no cotizó, o cotizó por unas cantidades ridiculas, su pensión quedará sumamente disminuida o incluso podría perder su derecho a una pensión por no llegar a un mínimo cotizado durante sus últimos años de vida laboral.

Esto supone un robo, pues el trabajador cotizó durante décadas, pero su cotización ha financiado la pensión de aquel que tuvo la inmensa suerte de llegar al fin de su vida laboral con los últimos años bien cotizados.

El sistema, como se puede apreciar, es perverso y está pensado única y exclusivamente para estafar al trabajador. En un sistema justo, se cobraría una pensión, sea la que sea, en relación al capital aportado, sea de un año, cinco, diez, veinte o cincuenta. Excluir del sistema a quienes no han llegado a unos mínimos, cuando el sistema es obligatorio e ineludible, es una estafa.

Pero vivimos en un país donde la estafa, el robo, se hace conforme a una leyes redactadas por auténticos estafadores con el consentimiento mudo de sindicatos corruptos y vendidos al poder.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, querido Stop.
    Esto es lo que hay. Mejor dicho, lo que no hay. Suele decirse como consuelo que una crisis es una oportunidad para desprenderse de todo lo inservible y renovarse a fondo.
    Al final, los atracados somos los ciudadanos, los pensionistas con el agua y la soga al cuello, los cotizantes calibrando que se moriran antes de que cobren su mísera jubilación.

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  2. Hola Natalia. Desgraciadamente tenemos una clase política completamente ineficaz, corrupta y despótica. Nunca en España se habían dado las circunstancias tan adversas como estas para dar un golpe en la mesa y poner soluciones a muchas de las etupideces legales, injusticias, favoritismos, corrupciones y desmanes que nos aquejan.

    Si alquien quisiera poner orden, tendría a no menos de casi 4 millones de parados españoles (los extranjeros no) detrás del cogote dándole aliento. Pero ni aún así, no existe en este país gente que quiera ver la inmensa oportunidad histórica de arreglar muchas cosas.

    A grandes males, grandes remedios.

    Pero en este país, la oportunidad que ven los políticos es la de privatizar todo lo público, afianzarse como casta privilegiada e intocable, abrir una cuenta en Suiza o algún otro paraíso fiscal, comprarse una casita en los USA, y vivir atrincherados en urbanizaciones elitistas apartados y protegidos de la chusma mientras sus niños estudian y viven en Paris, Londrés o Estados Unidos.

    Ese es el futuro que la clase política parece dispuesta ha aplicarnos a los españoles, y a los extranjeros, claro, que deben ser no menos de 7 millones y creciendo, que aquí vale todo.

    El caso es que hay otras soluciones. Las hay, pero no serían buenas para ellos, los políticos.

    Saludos.

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