miércoles, 6 de abril de 2011

Etica, ¿que es? Muy brevemente.

La ética, esa gran desconocida de la que todos hemos oído hablar en alguna ocasión, y que tanto cuesta definir.

¿Y si simplificamos mucho, mucho?

Etica es la capacidad para reflexionar racionalmente y libremente (sin dogmas) sobre que conducta humana es buena y que conducta humana es mala. Esta aparente capacidad para reflexionar, racionalizar, sobre lo que está bien o lo que está mal, es subjetiva de cada individuo y está influenciada por factores sociales, religiosos, culturales y personales. Esto nos lleva a que esta capacidad de reflexión (ética) para ser plenamente ética, debe ser, invariablemente, de tipo filosófico (que debe sustentarse en argumentos racionales).

La ética es tambien una reflexión filosófica sobre nuestro propio comportamiento vital (sobre las costumbres, normas, responsabilidades, valores, obligaciones...) orientada a buscar soluciones a los problemas que tiene una persona consigo misma (resolución de conflictos intrasubjetivos, personales) y a los que genera la convivencia con otras personas (resolución de conflictos intersubjetivos, sociales).

Hay una gran discusión sobre lo que es la ética y lo que es la moral. En muchas definiciones de que es la ética, se dice que la ética es el estudio de lo que es moral. Para otros, ética y moral son conceptos distintos. La moral tendría más relación con la tradición, es decir: "lo que es socialmente aceptado como bueno o malo por una sociedad", mientras que ética se referiría a un estado racional, consciente y libre, meditado, individual o colectivo, no necesariamente aceptado aún por la sociedad, de lo que es bueno o malo.

En muchos casos, ética y moral, son usados como sinónimos. Esto es inadecuado porque normalmente podemos decir que existe una: “moral cristiana”, “moral conservadora”, “moral islámica”, “moral budista”, "moral judía", “moral de combate”, “moral integradora”, “moral deportiva”, "moral socialista", etc., y haciendo esto referencia a una tradición, con costumbres y normas determinadas, que pueden ser o no ser éticas, pero que están sustentadas siempre por la costumbre, la tradición o la imposición social, hacer de moral y ética un sinónimo, no siempre es correcto y lleva a confundir lo que es racionalidad y libre elección (ética), con lo que es norma y tradición (moral).

Existen varias formas de afrontar la ética.


Ética descriptiva o empírica. Pretende describir los diversos fenómenos de la vida moral, explicarlos y hacer una teoría general de la conducta humana. Nuestro comportamiento es producto de un proceso de socialización que nos “modela” con las normas, los valores y los principios morales dominantes de nuestra cultura.

Pero la cultura puede cambiar. El cambio cultural influye sobre la decisión de qué “forma de vida” queremos. Y, con nuestro comportamiento moral (acertado o no), también “modelamos” (transformamos) nuestra cultura. Además, decidir “no-seguir” algunas de las normas impuestas por el uso y la costumbre, supone tener que superar numerosos obstáculos en la vida. Por último, conocer quiénes son los agentes socializadores, qué nos transmiten, y para qué, con qué propósito final, hace que la ética descriptiva nos ayude a decidir que normas morales merecen ser obedecidas y cuáles ignoradas o substituidas para poder construir libremente nuestra “manera de vivir”.

Ética normativa. Pretende establecer principios generales que fundamenten de forma racional (sin apelar a seres sobrenaturales, a las religiones) las normas morales vigentes. Nos proporciona sistemas de reglas prácticas para la “vida buena”. “Vida buena” entendida como “vida ética”, no como vida cómoda o egoistamente provechosa. Por ejemplo, la ética de Platón nos dice que “es preferible sufrir la injusticia que cometerla”; el utilitarismo, que “debemos comportarnos de tal manera que las consecuencias de nuestros actos proporcionen la mayor felicidad posible al mayor número de personas”; la ética de Kant nos dice: “obra sólo según aquella máxima [norma] que puedas querer que se convierta, al mismo tiempo, en ley universal”.

Ética crítica o metaética. Es una reflexión crítica sobre éticas normativas. Investiga el lenguaje que utilizamos cuando decimos qué debemos hacer o qué queremos decir cuando decimos que un comportamiento es “bueno”. Ejemplo: alguien podría entender que “el fin justifica los medios”. La “justa” persecución del “bien”, plantea que se debe definir cual es el “bien” que se desea imponer y si realmente ese “bien”, es ético o no es ético.

Ética aplicada o ética práctica. Propone normas morales concretas aplicables a nuestra vida cotidiana. Esas normas se traducen en códigos deontológicos (elaborados por mayorías o por consenso) como los de la práctica médica, los de la creación y utilización de nuevas tecnologías, los de los negocios, los de la política, etc.


Como se puede apreciar, la ética tiene mucho que ver con nuestra vida privada, nuestra forma de entender la vida, los acontecimientos cotidianos, nuestro sentido de la justicia, de sociedad, de los actos que hacemos y de los actos que esperamos de otras personas. En todo esto, teóricamente se busca que la moral (la costumbre) esté basada en normas nacidas de planteamientos éticos (filosóficos).

¿Existe una ética universal?

No, no existe una ética universal. Existen planteamientos éticos con intención de ser universalistas. El más conocido es: “trata a tu prójimo como te gustaría que te trataran”.

En el cristianismo esto se aplica como: “ama a tu prójimo como a ti mismo”. Este principio es muy antiguo y aparece en muchas culturas, pero la definición de la palabra “prójimo”, cambia totalmente el sentido ético de la frase, pues en la mayoría de las culturas o religiones, “projimo”, se refiere exclusivamente al correlegionario con el cual se comparte una cierta estirpe, cultura, religión, etc., lo cual es contrario a un principio ético universal.

Un intento de principio normativo de ética universal lo constituye la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Esta declaración establece unos propósitos de derechos muy elementales, propios de toda persona humana, que los Estados deben comprometerse a respetar. Pero muchos estados, por motivos religiosos (principalmente los islámicos) se han negado a aceptar estos elementales principios éticos porque van en contra de dogmas incuestionables de su religión.

Los dogmas islámicos que fundamentalmente vulnera la Declaración Universal de los Derechos Humanos son: el derecho a la vida, la igualdad de género, la libertad de conciencia, la prohibición de la tortura, la prohibición de la esclavitud...

También hay que reconocer que estados firmantes de la Declaración, no cumplen con muchos o algunos mandatos establecidos en la misma. Pero eso ya nos llevaría a un artículo sobre la hipocresía y la propaganda institucional.

¿Son éticas la leyes?

En los estados autodenominados "laicos", "no confesionales" y de "derecho", se persigue que las leyes estén inspiradas en una determinada moral "laica" y que esa moral esté fundamentada en principios éticos (racionales).

En la práctica, muchos de los principios éticos establecidos en las leyes superiores existentes en los tratados internacionales y las distintas Constituciones, son vulnerados en la práctica por leyes o reglamentos inferiores. Lo cual lleva a que muchos ciudadanos noten una inevitable percepción de falta de ética en la justicia.

La conclusión es que aunque se pretende que las leyes sean éticas, no siempre se consigue, o cuando se consigue, pocas veces se llevan a la práctica porque esto chocaría con intereses económicos, políticos o religiosos muy concretos.

Un ejemplo de este caso, es que se financie con dinero público la enseñanza en las escuelas, a los niños, de religiones contrarias a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como pueden ser la islámica o la judía.

4 comentarios:

  1. En general estoy de acuerdo con lo que expones.
    Yo ampliaría el espectro del debate a esos "principios morales universales" que jamás pueden ser transgredidos ni violados, y que son aceptados por la comunidad internacional en su conjunto.
    Ahí estaríamos dentro de una "ética global" aceptada por la mayoría, ajena y a salvo del debate político e ideológico.

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  2. Fenomenal tipología, Stop. Y según la misma, este gobierno carece de ella. Yo he demostrado que la ética de Zp sería en todo caso soviética.
    Saludos blogueros

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  3. Hola Natalia. Bueno, lo de global tiene unas posibles reminiscencias... creo yo negativas. La única globalización que por ahora funciona es la del dinero y la explotación mundial de los recursos humanos y naturales. Yo apostaría mejor por una "etica universalista". Claro que esto es cuestión de gustos. Saludos.

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  4. Gracias José Antonio. Intento hacer resúmenes de artículos mucho más largos y engorrosos que existen en internet, siempre bajo una visión algo personal, que pretendo, sea lo más objetiva posible. Como bien dices, este gobierno carece completamente de ética. Lamentablemente es una constante inmutable en todos los gobiernos de estos últimos 30 años, claro que ZP, además de falto de ética, está sobrado de estupidez, estuldicia y sectarismo, lo cual nos lleva, inexorablemente, a la ruina total de un país. Saludos.

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