jueves, 16 de septiembre de 2010

Integrismo islámico, su nacimiento.

Dicen que los peces tienen una memoria de sólo dos segundos. Quizás porque España es un país pesquero, o lo era, y consumimos gran cantidad de pescado, o lo consumiamos, noto que la gente tiene una escasa capacidad de memoria.

Para alguien que toda su vida se ha considerado un desmemoriado y despistado crónico, es alarmarte constatar que la mayoría de la población parece superarme en abnesia.

Hay un tema en la abnesia colectiva que por salir a diario en los periódicos vale la pena rememorar. Ese tema es el del integrismo islámico.

Retrocedamos en el tiempo, a la época de los dinosaurios, cuando aún existía la URSS y los países productores de petróleo, anclados en la edad media, se encontraban con el problema de una población miserable, y una juventud universitaria, o con aspiraciones universitarias, que discutían el viejo dogma de que el jeque del lugar pudiera cortarles la mano, lapidar a la novia, o imponerles ir a rezar cinco veces del día porque el buen jeque había decidido que ya estaba bien de tanto relajo occidental.

Esto de la libertad social y el reparto del dinero del petróleo entre todos, y no para un par de familias supuestamente emparentadas con Mahoma, era muy malo para los jeques árabes, la producción de petróleo, las multinacionales petroleras norteamericanas, las británicas, y en lineas generales muy bueno para la URSS, que era la única alternativa seria a la opresión de la oligarquía y la realeza musulmana, oligarquía y realeza que cimentaba su poder exclusivamente en razones de índole religioso.

Ante este problema de unos movimientos que podían acercar a muchos países estratégicos a la esfera de la Unión Soviética, a los chicos del MOSAN, la CIA y la casa real Saudí, se les ocurrió que lo mejor era potenciar el componente religioso. Si tu legitimidad brota de la religión, si afianzas la religión, crece tu legitimidad. Lo siguiente era encontrar un enemigo. Es obvio. Los cristianos son creyentes equivocados, pero creyentes, y los comunistas eran ateos. Ergo, los ateos comunistas eran son los verdaderos y principales enemigos de Ala.

La utilización del integrismo islámico reforzaba a los reyezuelos árabes, cortaba de cuajo las revoluciones sociales, imponía un estricto órden mental y social sobre la población, dividía a los palestinos, y de forma muy especial, hundía a la unión soviética al involucrarla en sangrientas y costosas guerras interminables contra los talibanes, financiados, instruidos y apoyados por la CIA, el MOSAN, Arabia Saudí y Pakistán.

La historia es mucho más complicada e intrigante de lo aquí expuesto, pues incluye la creación del enemigo necesario del Irán de los ayatolás, nada mejor que un enemigo exterior que sustituya a la atea Unión Soviética, para vender armas y justificar detenciones, interrogaciones, asesinatos y un ferreo control de la población. El caso es que la película se parece poco a la repetida historia que los medios de comunicación, y muchos blogueros, repiten hasta la saciedad como papagallos.

Arabia Saudí es, a la par que Israel, el mayor aliado de Estados Unidos. Irán es el enemigo necesario al cual se le ha permitido e incluso entregado la tecnología necesaria para que aparente ser un enemigo a la altura de las circunstancias.

No es tan difícil de entender. Pero ya dicen aquello de: no hay peor ciego que el que no quiere ver.

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