Paradópolis, la ciudad de los juguetes rotos

Hace algunas semanas se anunció en prensa y televisión la creación de una página web: Paradópolis, la ciudad de los parados. Normal. Cada vez que alguien tiene una idea brillante y decide crear un blog, un foro o una web, pues lo anuncian en televisión, sale en la prensa, es lo más normal del Mundo. Bueno, yo no lo he probado, pero estoy seguro que de haberlo hecho, seguro que la sexta y algún otro medio me dedican unos segundos de tiempo.

Tras esta normal predisposición de los grandes medios de desinformación a dar un empujoncito a Paradópolis, resulta que en el foro el creador de Paradópolis, un tal Javier, quizás por aquello de que más vale un ego descomunal que un buen complejo de inferioridad, también participa en el foro. Primero de forma algo jesuita, queriendo dirigir por las buenas a los tontitos parados que participan sobre cual deben ser sus opiniones, y más tarde, ya directamente, tirando a la papeleta aquellos temas que no son de sus agrado y para los cuales no fue creada Paradópolis, la ciudad de los juguetes rotos.

El tema tabú por excelencia es la invasión extranjera y el como los empresario prefieren contratar a un ilegal sin papeles antes que a un español. Ese tema va directo a la basura.

En el país de los mundos de yupi hay temas intratables, tabú, que no deben ser aireados y si lo intentas, es porque eres un racista, un xenófobo y un mal nacido.

En la ciudad de los juguetes rotos, si insistes en decir según que cosas sobre como se contrata y explota a los extranjeros, y se deja sin trabajo a los españoles, eres baneado por no respetar las reglas de Javier, el dueño y señor de Paradópolis.

Si es que su avatar ya lo dice todo sobre Javier. Y sobre su ego personal, pues es suficiente con darse una vuelta por la papelera de Paradópolis. Pero no se engañen, allí no están todos los temas borrados, sólo están aquellos que Javiercito permite que se vean.