Siguiendo con mi empacho particular de documentales conspiranoicos ya empiezo a estar un poco cansado de tanta información sorprendente. Para empezar, parece que todo está planeado, dicho, escrito y sentenciado, con lo cual lo único que sacas es quedarte con una empanada mental terrible e intransferible que por mucho que lo medites, como no vas a encontrar excusas de calado, ves lo tonto que eres, lo tonto que es tu vecino y lo rematadamente mal que está el mundo.
El último documental se titulaba: "Agenda esotérica". Muy largo y en según que aspectos demoledor. Pero...
La desgracia de todos estos documentales ocurre siempre al final: o bien te anuncian un nuevo documental donde te piensan deleitar con más cabronadas de la familia Rotschild, los Bush, los Rokefeller y todas estas alimañas, o bien, como en este caso, te meten un rollo patatero de que la realidad no es la realidad y que hay que tener amor influso hacia tus asesinos, el asesino de tu madre, el de tu familia, el de tus amigos y amarlo de forma incondicional.
Esto ya lo predicaban los cristianos y ya sabemos que es una tomadura de pelo. Lo siguiente que te dan es una fecha, el 21 de diciembre del 2012. Parece que justo ese día, en cuestión de segundos, todos cambiaremos y seremos, sólo los que sean amorosos claro, dioses o poco menos que dioses. El resto es mejor que salgan a la calle con un pañal puesto porque la cosa promete ser terrible.
Bien, pues no me creo nada. Estas soluciones de "bien, mira, son uno hijos de puta, unos cabrones, pero tienes que amarlos porque a fin de cuentas es lo mejor que puedes hacer para salvar tu alma inmortal", no van con mi carácter.
Supongo que si no aceptas este tipo de comida de coco la opción que te queda es morir como un perro rabioso, pero bueno, mejor eso que morir como un perro amaestrado.
otra opción es morir en la hoguera, pero al fin todo es muerte. Mejor vivir a gusto y morir a disgusto, que no el vivir a disgusto para morir a gusto.
ResponderEliminarb11s