IMPEPINABLE

Los psicólogos, esa extraña casta de teorizadores profesionales de la conducta humana, están confabulados y empeñados en que “interioricemos nuestros problemas”. Dicho de otra forma: “el sistema no tiene problemas, tú tienes los problemas”. Si replicas a esta absurda afirmación te dirán que: “tú no vas a cambiar al sistema, así que lo único que puedes hacer, si es que quieres hacer algo, es cambiar tu actitud hacia el sistema”. Dicho de otra forma: “jódete, hazte budista, acepta tu destino, espera a la siguiente reencarnación y deja ya de dar por el culo”.

Si replicas algo a esta segunda y absurda exposición, la escalada de lo impeninable se incrementa y te ofrecerán la artillería pesada de, tachán, tachán, un psiquiatra = drogas. Eso sí, ellos lo llaman: “medicación”. No es que quieran alterarte la conciencia y dejarte la voluntad como la de un calabacín, no, no seas mal pensado, quieren drogarte para que te cures, seas feliz, flipes en colorines y lo veas todo de color de rosas. ¿O cómo te crees que se crean las cosas buenas del mundo... siendo realista?

Si tu querido monarca dedica su tiempo libre, entiéndase que es de duro trabajo, a utilizar un andador de 14.065,26 euros de nada, has de “interiorizar tu problema”. La culpa es tuya, por no ser Rey.

Si tus queridos masónicos políticos siguen cobrando una pasta gansa por ser inútiles, van en coches oficiales, y cobran dietas y comisiones como si bajo sus pies brotara el oro negro, “interioriza tu problema”. La culpa es tuya, por no ser político.

Si los banqueros siguen ganando dinero a capazos, recibiendo ayuditas del Estado, y todo el mundo ha de apretarse el cinturón para que ellos sigan ganando dinero a capazos; pues, coño, “interioriza ya tu problema”. La culpa es tuya, por no ser banquero.

Si una imbécil ministrucha alemana de una ciudad estado con nombre de hamburguesa, se levanta con el pie izquierdo y dice que “impepinablemente el brote de Ecoli que azota la zona de Hamburgo es culpa de los pepinos españoles”, evidentemente, “debes interiorizar tu problema”. La culpa es tuya, por vender pepinos a los alemanes. Si vendieras lavadoras, aspiradoras o satélites espaciales, no te pasarían esas cosas. Joder, que es que eres tonto y siempre lo serás, cojones, que me sacas de mis casillas. Pero espera, me tomo la pastilla y ... ya lo veo todo de otro color, mucho mejor que antes. La culpa no es tuya, la culpa es de tus padres por no ser alemanes y no haberte mandado a un buen psicólogo cuando eras pequeño.

¿Quieres una? Las diez primeras son gratis.

Impepinablemente, como la culpa siempre será tuya, o de tus padres, la mejor forma de cambiar la situación, la tuya, o de tus padres, que es donde reside el problema, es drogándote. Pero por favor, asegúrate de que sean drogas con receta médica. Impepinablemente, es la única forma de drogarse legal, consentida y controladamente. Con esas pastillas, hasta las ministras alemanas te resultarán sexualmente atractivas. Imagínate si llegan a ser potentes. Unas pastillas, pueden cambiarte la vida.