El panteón de dioses egipcio era inmenso. Cada ciudad tenía su propio panteón jerárquico de dioses, pero existen tres que vamos a encontrar siempre: Osiris, Isis (mujer y hermana) y su hijo Horus (el faraón era el Horus viviente).
Esta trinidad de Padre, Madre e Hijo, es constante para el alto y el bajo Egipto.
Otra constante es que Osiris es identificado con la constelación de Orión. Aquí abajo, una representación de dicha constelación.
En la constelación de Orión vemos tres astros luminosos centrales casi alineados, (cinturón de Orión) fáciles de descubrir en el cielo. Estas tres estrellas han sido utilizadas desde hace miles de años por la humanidad para orientarse. En los países hispánicos se les llama “las tres Marías”, en los anglosajones “los tres reyes”.Otra constante de la civilización egipcia es el considerar que la vida en la tierra es un calco de la vida en el más allá, en las estrellas. “Hagase tú voluntad, así en la tierra, como en el cielo”. O lo que es lo mismo: “lo de arriba, es igual a lo de abajo”. En la tradición egipcia, el faraón ascendía a los cielos cuando fallecía, pero concretamente regresaba a la constelación en donde estaba su padre, regresaba a Orión.
En la Meseta de Guiza las tres grandes pirámides reproducen el Cinturón de Orión formado por tres estrellas. El único problema es que no coinciden exactamente con nuestro actual Cinturón de Orión. Para que coincidan exactamente en su posición, como en un calco, o mapa, hay que retroceder al 10.500 a. C (teoría de Robert Bauval).
A kilómetros de Guiza, otras dos pirámides, Zayat al-Aryan y Abu Rawash, reproducen y concuerdan con la figura de la constelación de Orión, siguiendo la escala de Guiza, tal y como se verían en el cielo del 10.500 a. C. Hay más pirámides grandes cuya situación concuerda con la de estrellas. La inclinación de las caras de las pirámides estarían dirigidas hacia estas estrellas tal y como aparecían sobre el horizonte en el cielo del 10.500 a. C. Esta inclinación, la media, está en 45º.En este esquema el Nilo haría el papel de Vía Láctea. La pirámide de Abu Raash saltó hace poco a la fama al publicarse un informe arqueológico según el cual Abu Rawash, había sido una pirámide más grande que la de Keops. Hasta la fecha se conocía el lugar y se pensaba en esta pirámide como una obra inconclusa. Los historiadores afirmaban entonces que se inició y no llegó a terminarse, quedando los cimientos de veinte metros de profundidas y en algunos sitios, unos diez metros de altura de pirámide, pero tras un estudio más detallado, ahora afirman que “la pirámide fue terminada completamente, que se tardó ocho años en construirla, participaron 15.000 obreros, su piedra era mucho más dura que la de Keops, el revestimiento era de granito y que fue desmantelada en tiempos romanos”. Aquí una foto de lo que queda de esta pirámide.
Para completar nuestra representación de la constelación de Orión en la Tierra, harían falta tres pirámides más y en una posición muy precisa, pero el que no hayan sido encontradas, no significa que no existieran en su día. No hace falta decir que esta teoría de las pirámides reflejando la constelación de Orión en la Tierra no ha sido del agrado de los historiadores; que pese a coincidir en seis grandes pirámides, lo consideran pura casualidad.
Datar las pirámides egipcias en una época tan lejana no coincide con la interpretación de los historiadores. Lo malo es que aún hay mas pruebas para datar el conjunto en esa época.
El historiador Herodoto dejó escrita una obra histórica de nueve libros. Entre otras muchas cosas, afirmó que la historia de Egipto se remontaba 11.340 años antes de su época. La época a la que hace referencia Herodoto es el 440 a. C.
Los historiadores dan credibilidad a Herodoto sobre según que asuntos, pero esta datación la ignoran y lo justifican diciendo que se trata, o bien de un error, o de una medición en años lunares, que son más cortos que los solares. Lo que ocurre es que una datación lunar, precisamente en Egipto, en época de Herodoto, es completamente antinatura.
Existía otra obra sobre la historia de Egipto, del historiador y sacerdote egipcio Maletón. pero sólo nos han llegado algunos fragmentos y de segundas fuentes, concretamente de historiadores judíos y cristianos, que estaban interesados en legitimar la historia del pueblo judío, así que estos fragmentos de segunda mano se salvaron de la desaparición porque intentan, especular, y justificar pasajes de la Torá (Antiguo Testamento), con lo dicho por Maletón en su historia general de Egipto, el resto de la obra de Maletón se perdió por completo. No sabemos que explicación histórica daba Maletón para las pirámides.
La siguiente evidencia que colocaría al conjunto de Guiza en el 10.500 a. C., es la Esfinge. La Esfinge está tallada en piedra caliza natural de la meseta. Se aprovechó una protuberancia de la roca para tallar la cabeza y las partes altas de la estatua, el resto se hizo vaciando el lecho de la meseta, de forma que la esfinge queda dentro de una hondonada.
Según los geólogos, existen evidencias de erosión debida a la lluvia en el conjunto de la Esfinge, tanto en el cuerpo, como en las paredes laterales de la hondonada en la que está. La única parte que no presenta erosión por la lluvia, es la cabeza.
Se sabe, por fuentes históricas, que en distintas épocas la Esfinge ha estado cubiera por el lodo, totalmente, o parcialmente, quedando la cabeza, o parte de ella, expuesta a los elementos.
La teoría del 10.500 a. C, no aceptada por los historiadores, es que la Esfinge habría sufrido el cambio climático posterior a la última glaciación, sufriendo 400 a 500 años de erosión por efecto de la lluvia y el agua. Las lluvias intensas, y la subida del nivel freático (el nivel del mar subió 100 metros y llegó al actual), más la tierra de aluvión, habrían acabado por enterrar la esfinge, y como se verá más adelante, gran parte del conjunto de Guiza, bajo una capa de lodo. Existe una estela entre las patas de la Esfinge en la que se reconoce que esta construcción fue desenterrada en época faraónica.
Otra evidencia es que la Esfinge está alineada con la salida del sol tal y como era en el 11.500 a. C. En aquella época, por la noche, la Esfinge estaba orientada hacia la constelación de Leo. El horizonte de la meseta, separaba a Leo del resto de constelaciones. Supuestamente la cabeza original sería la de un león. Según esta teoría, miles de años después, la esfinge fue desenterrada y se volvería a tallar una cabeza nueva, diminuta y desproporcionada, pero de faraón, que sustituyó a la original, mucho más grande, de león.
Según la NASA y sus estudios por satélite SIR-C/X-SAR, basándose en la densidad del terreno, la esfinge actual habría tenido en su origen una compañera hoy desaparecida. La idea no es descabellada ya que existirían dos representaciones, una masculina y otra femenina. O quizás la otra esfinge estaría saludando a otro signo del zodiaco. Lo evidente es que de haber existido estaría hecha de bloques de piedra y debió ser desmantelada, porque no existe ninguna mención histórica sobre esta construcción.
La siguiente evidencia es el Templo de la Pirámide de Kefren, (a un nivel 40m más alto que la esfinge) en el que también se han apreciado muestras de erosión que según los geólogos sólo podrían atribuirse a intensos periodos de lluvias.
Los historiadores y arqueólogos siempre habían atribuido esta erosión al viento del desierto, y eso reflejan los libros de historia. Esa fue la tónica general hasta que a alguien se le ocurrió consultar a los geólogos. Como las evidencias geológicas contradicen a la teoría de los historiadores, la respuesta de estos ha sido negar los informes de los geólogos, algunos de los cuales son catedráticos.
La siguiente evidencia es el llamado Osirión, en Abydos, un templo enterrado varios metros bajo el nivel que sería el normal. Los historiadores dicen que se levantó el templo y más tarde fue enterrado varios metros bajo tierra. O que se hizo un inmenso hoyo en la tierra y allí se construyó el templo, que más tarde quedaría sepultado por la tierra del Nilo, pero la evidencia geológica más simple sería pensar que las lluvias y las posteriores crecidas, con sus corrimientos de tierra, por una tierra que en algunos lugares había perdido su masa forestal para ser dedicada a la agricultura (y la construcción), enterraron por completo este templo que por sus extrañas características es considerado el más antiguo de Egipto.
Otra evidencia más de que un aluvión de lodo cubrió toda la zona es que en la actualidad este templo suele estar inundado por las aguas freáticas.La otra curiosidad es la forma en que está construido este templo, con piedras perfectamente encajadas y de formas no necesariamente rectangulares ni uniformes.
La siguiente tónica habitual en este tipo de construcciones que llaman poderosamente la atención de arquitectos e ingenieros, es que al igual que el interior de las pirámides, son estructuras lisas. El Osidión de Abidos fue reutilizado en épocas históricas y tiene jeroglíficos. En algunas columnas y paredes, se encontró el siguiente dibujo grabado.Lo inusual es que este grabado está dentro de la propia piedra de granito. Sólo hay dos posibilidades para eso: o el templo tiene más de 10.000 años, ó bien el dibujo se hizo con láser. Según los ingenieros, aunque teóricamente se podría reproducir con un laser, en la actualidad, con los lásers actuales, nos sería imposible hacerlo a la misma profundidad a la que se encuentra este grabado en la roca de este templo, donde varias columnas presentan ese tipo de grabado. Aquí abajo la foto de una reproducción reciente realizada con laser de superficie.
Estas formas de construir, así como grabados que por mineralización han acabado dentro de la propia roca granítica, parecen algo impropio de la típica arquitectura del Egipto faraónico. Una de las explicaciones posibles es que este tipo de construcciones son los restos de una civilización anterior a la faraónica. Restos que en la actualidad posiblemente aún estarán sepultados bajo metros de tierra.
La siguiente evidencia es la llamada Tumba de Osiris. La Tumba de Osiris es una cámara subterránea que se supone debió conectar subterrámente la Esfinge con su pirámide (la de Kefren, que aunque no lo era en un principio, ahora es la más alta del conjunto). La Tumba de Osiris está varios niveles bajo las patas de la Esfinge. Allí existe un sarcófago de Osiris. La meseta se llamaba el templo de Osiris. Esta cámara, al igual que el resto de los túneles y conductos subterráneos del conjunto de Guiza, están inundados de agua y repletos de escombros. ¿Cómo se explica esta inundación? ¿Cómo pudieron realizarse estos túneles con un nivel freático tan alto? La respuesta es sencilla si nos colocamos con un mar cien metros más bajo que el actual y un lecho del Nilo también mucho más bajo que el actual, con lo que el nivel freático baja muchos metros, y se hace natural que estos túneles, cámaras y galerías, pudieran excavarse. El sarcófago de la Tumba de Osiris está vacío (parece que siempre lo estuvo), tampoco hay inscripciones en las paredes y la cámara está inundada de agua.
Es esta foto se puede apreciar la cámara y el sarcófago durante el periodo de excavación, tras drenar durante varias semanas el agua existente en las galerías (en la actualidad tiene un metro de agua y se controla el nivel).
La siguiente evidencia es el propio revestimiento de las pirámides. El revestimiento de la Pirámide de Keops fue retirado y utilizado para otras construcciones en el siglo XIII. Gracias a que el conjunto debió permanecer en algunos lugares algo enterrado, se han conservado algunas piedras del revestimiento original. En esta foto podemos apreciar su buen estado.
Curiosamente en la Pirámide de Micerinos (según los historiadores más reciente) ocurre algo parecido, pero el revestimiento de caliza parece erosionado por la lluvia. En estas fotos se puede apreciar su estado. La siguiente curiosidad la encontramos en el revestimiento de la Pirámide de Kefren. Se decía antiguamente que el daño en el revestimiento daba señal de la altura a la que habían llegado las aguas con el Diluvio Universal.Lo evidente, por los datos históricos, es que el conjunto de Guiza fue reconstruido en diferentes épocas y las mamposterías exteriores, así como la Esfinge, restauradas en lo posible. Herodoto decía (440 a.C) que en el exterior de la Gran Pirámide, entonces aún con el revestimiento de caliza original, o lo que quedara de él, había pinturas e inscripciones. Nadie sabía el significado de lo escrito sobre la pirámide.
La siguiente evidencia que colocaría el conjunto de Guiza en el 10.500 a. C., es la que en ese tiempo Egipto tenía un clima parecido al de Europa meridional, con bosques. Esto soluciona el problema de la madera. Para construir cada pirámide, los arquitéctos e ingenieros han calculado que se precisaría de un volumen de madera equivalente al de la propia pirámide. Sólo en Guiza existen tres grandes pirámides, a las que hay que sumar sus templos respectivos, más los muros (hoy desaparecidos) que rodeaban cada pirámide, sus pirámides menores, más las galerías subterráneas, no exploradas aún (excepto la tumba de Osiris, conocido como Osirión de Guiza), más las calzadas de acceso a los templos, más infinidad de otras necesidades normales que requerirían el uso de madera, lo cual nos lleva a una deforestación que llegado el momento podría haber tenido un efecto fatal sobre la civilización que levantó todas estas construcciones.
Estrabón visitó Egipto en el 24 a. C. y dejó escrito que la pirámide de Keops era visitable mediante una entrada que con un curioso mecanismo de piedra pivotante, se abría y cerraba según se quisiera, quedando al cerrarse igual a la cubierta exterior, revestimiento que en aquel tiempo aún existía. Estrabón describió el interior visitable, con su galería descendente y la gruta final “inacabada”, que efectivamente era lo único visitable de la pirámide. El resto de galerías quedaban ocultas mediante piedras de cerramiento. Se han conservado grafitis de época romana en la gruta final. Con el fin y la prohibición de los cultos paganos, el cristianismo y posteriormente el islam, se olvidó el lugar exacto de esta piedra pivotante. Su existencia quedó como un recuerdo y la entrada que realizara en el siglo VII Abdula al-Mamún buscaba encontrar este mítico corredor que permitía entrar en la pirámide. Se equivocó por unas decenas de metros. En la actualidad los turistas entran en la Gran Pirámide por el tunel de 30 metros de al-Mamún.
Es de suponer que en la época de al-Mamún las supuestas incripciones exteriores de la pirámide ya no existían, pues nada se dice de ellas. A lo largo del siglo XIII, los árabes comenzaron a utilizar el conjunto de Guiza, incluida las pirámides, como cantera para sus edificaciones. Esta destrución descubrió la entrada original de la Gran Pirámide, a 25 metros de la realizada por Abdula al-Mamún. Nadie celebró el descubrimiento. Para aquella época, en el siglo XIII, para cristianos, judíos y musulmanes, las pirámides eran una obra del demonio. Se contaban historias terribles de apariciones y demonios, asi como serpientes demoniacas y presencias vampíricas, que merodeaban las pirámides.
La siguiente evidencia es la falta de humo en las construcciones antigüas. Esto siempre ha llamado la atención de los historiadores. Los egiptólogos saben que en las tumbas egipcias del valle de los reyes, repletas de frescos, primero se pintaban las paredes de la tumba, después se daba una mano de pintura al techo, para borrar en lo posible el rastro de hollín, y finalmente se dibujaban los techos a toda prisa. No parecían tener este problema en las construcciones antigüas.
Afortunadamente no hace falta recurrir a fluorescentes, lámparas ni extraterrestres para explicar este hecho.
Cuando en España se descubrió la cueva de Altamira, una de las objeciones que presentaron los eminentes arqueólogos y antropólogos franceses, fue la falta de ollín en la cuevas. ¿Cómo podrían haber pintado el techo de una cueva unos primitivos sin dejar rastros de fuego, antorchas, ollín? Durante décadas, estos sabios consideraron las cuevas de Altamira un completo fraude. No fue hasta el descubrimiento de cuevas parecidas en Francia que los sabios rectificaron. Décadas más tarde, antropólogos españoles dieron solución a tan misterioso asunto. Se habían utilizado lámparas de tuétano, o lo que es lo mismo, una lasca de piedra con tuétano machacado. El resultado de su combustión es una luz clara y sin rastros de ollín, humo ni nada que perjudique a las pinturas.
www.atapuerca.org/Lamparadetuetano.pdf
Está claro que en algún momento de la larguísima civilización egipcia se produjo un corte cultural que propició la pérdida de algunas técnicas, entre ellas, posiblemente, las lámparas de tuétano. La otra que se perdió, a menos que fuera borrada de forma intencionada, es la forma en que se pudieron construir las pirámides.
Lo interesante de la teoría de los 10.500 a. C es que el Egipto de aquel entonces dispondría de muchos más recursos naturales, más personas, y lo más importe, explicarían la construcción de las pirámides como algo ajeno al reinado temporal de un faraón, con lo cual se puede plantear que para la construcción de todos estos monumentos, más o menos simultáneos, se pudiera tardar siglos, y no décadas, como proponen actualmente los historiadores.
El asunto es que excepto los historiadores y los arqueólogos, la mayoría de arquitectos, ingenieros y técnicos que se interesan por el tema de las pirámides egipcias y sus monumentos, aseguran que en la actualidad nos sería muy difícil mover moles como las piedras que se aprecian en esta foto, rodeando la Esfinge.
Un artículo muy interesante y muy completo.
ResponderEliminarLa mampostería del Osirión me recuerda a la mampostería ciclópea de Micenas, pero más elaborada.
Gracias por el apunte de las lámparas de tuétano.
En general la polémica en torno a la datación de las pirámides trasciende los límites de la objetividad para entrar en aspectos subjetivos:
1.- En primer lugar está el inmovilismo de muchas cátedras, que temen que cualquier descubrimiento reciente sacuda sus carreras profesionales las cuales necesitan años de trabajo y estudio. A ese inmovilismo del que no quiere avanzar ni siquiera mediante críticas constructivas hay que contraponer el ultrarreformismo de aquellos que por sistema niegan toda tradición y pretenden destruir el mundo (su mundo, su entorno) para poder reinar sobre sus escombros con tanta tiranía como sus predecesores (pero con un orden nuevo).
2.- Muchas veces los nuevos descubrimientos usan canales de divulgación poco ortodoxos que enseguida son desprestigiados por la ciencia oficial. Y no les falta razón porque esos canales extraoficiales en ocasiones están plagados de farsantes y charlatanes que únicamente buscan lucrarse de las supersticiones ajenas. El problema es que esto automáticamente invalida muchas investigaciones que no salen a la luz por el inmovilismo del punto 1.
En general debemos reflexionar sobre la cerrazón de miras de muchos científicos a quienes la libertad de demostrar los fenómenos de la naturaleza como sujetos a unas leyes científicas en lugar de a la voluntad divina, acabó devengando en una tiranía positivista que niega todo lo que no se pueda ver o "demostrar científicamente" y se erige en Santa Inquisición Científica, pues al final la Arqueología tal como la conocemos hoy día es más una ciencia de laboratorio que la romántica visión del arqueólogo que desentierra tesoros.
Saludos.
Un post ilustrativo e interesante.
ResponderEliminarNo sé si conoces Egipto y si has visitado las pirámides.
Si no es así, la mejor época es noviembre.
Mi hermano es arquitecto y siempre ha dicho que el movimiento de esa piedras gigantescas,auténticas moles, incluso a día de hoy suponen unas dificultades técnicas brutales.
@ Arq.Pfunes, gracias por el comentario. Me ha costado dos semanas escribir el artículo. Es al que más tiempo he dedicado y el que más me ha costado, porque es difícil resumir. Hay tanto que se podría decir sobre el tema. Bueno, no sé cuando, pero posiblemente escriba otros más concretos, pirámide por pirámide, y cosas por el estilo, lo malo es que se ha de dedicar mucho tiempo. Todo se andará.
ResponderEliminarNo sé si conoces las extrañas teorías de Meneses, el nombre no me viene ahora mismo. Este señor ha elaborado toda una teoría que, misteriosamente, después de varias décadas, descubrimientos realmente extraños, silenciados, le están dando la razón.
Todo parece apuntar, aunque los historiadores no quieren reconocerlo, al estilo del planeta de los simios y su "doctor Sirius", que antes del fin de la última glaciación podría haber existido una civilización avanzada anterior a la anterior. El cambio climático, por motivos que la ciencia aún no ha explicado, pero que se pueden constatar geológicamente, produjo cambios tan importantes que posiblemente acarreo el fin y exterminio, de dicha civilización. Su recuerdo sería el "diluvio universal". Cada vez hay más evidencias sobre esto, pero los arqueólogos e historiadores, como bien dices, por temor a caer en desgracia, cierran los ojos. Ya veremos en qué acaba todo. Saludos y gracias por el comentario.
Hola Natalia, gracias por el cumplido. Sí que he estado en Egipto. Fue hace ya más de veinte años y era la primera temporada en la que se volvía a dejar entrar a los turistas al interior de la Gran Pirámide. Desgraciadamente el viaje me cogió casi de casualidad, en una época en la que ya no estaba tan interesado en el Egipto Faraónico y realmente creo que no supe aprovechar el viaje al cien por cien. Lo evidente es que incluso hoy en día sería imposible mover tantísimas piedras, y de ese tamaño, como se hizo en Egipto. Es muy impresionante. Saludos.
ResponderEliminarEs un articulo buenisimo, mas que felicitarte a tí, prefiero felicitarme a mi mismo por poder leerlo,
ResponderEliminarun gran saludo
Si señor, estos son articulos y no los que yo pongo. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn buen artículo, Stop; ilustrativo, didáctico, comprometido y lleno de un buen trabajo de elaboración.
ResponderEliminarY si me permites, algo de cierto debe haber en las teorías de la antigüedad citada, porque el Sahara actual, no tiene nada que ver con el Sahara lleno de enormes ríos, vegetación frondosa, lleno de una civilización muy culta y casi desconocida para los actuales pobladores del planeta tierra, que empezó a desaparecer unos 6.000 años antes de Cristo.
Sus vestigios lo aclaran bastante y sus descendientes, cuando por la sequía y el cambio del clima tuvieron que emigrar alrededor del Mediterráneo, explican muchas cosas actuales, incluso, parte de la civilización egipcia.
Y para más abundamiento, y teniendo en cuenta la última glaciación, en las cuevas de Altamira, tienen como el mejor icono de esa cultural primitiva, a los restos de un hombre de casi dos metros de altura, con más de 14.000 años de antigüedad, unos 12,300 años antes de Cristo, según los expertos.
Gracias por tu trabajo y un gran saludo.
Gracias a todos por los comentarios y bueno, siempre es una satisfacción poder escribir algo que sea positivo para los lectores. Gracias.
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