Como cada vez que hay temporal, la energía eólica bate su récord de producción. En un país con 5 millones de parados y la economía paralizada, esta es una buena noticia.
En España las buenas noticias no abundan, y será por eso que la buena noticia de la energía eólica es tan buena, que muchos aerogeneradores se han de desconectar por la noche porque se está produciendo más energíe eléctrica de la que se puede consumir.
Estamos tan sobrados, que pudiendo producir electricidad, pasamos de producirla. ¿Pero, no es esto absurdo y altamente obtuso?
Como siempre, el dilema es el de la oferta y la demanda, la sagrada economía de mercado y el prefiero quemar estos melones a regalárselos a los pobres, prefiero destruir mi coche viejo aunque funcione, que regalárselo a mi vecino.
Lo sensato sería provechar este exceso de producción creando demanda ecológica. ¿Cómo? Pues sería tan sencillo como utilizar este exceso de producción eléctrica que estamos desperdiciando para poner en funcionamiento las desalinizadoras que funcionan bajo mínimos. De esta forma se conseguiría agua potable a un precio más económico, porque entre producir cero, y producir vendiéndolo a un coste menor, siempre será mejor vender a un coste menor.
Otra forma de aprovechar esta enegía que se está dejando de producir sería bombeando este agua desalinizada a bajo precio hasta presas artificiales colocadas a una altura que haga que cuando se precise este agua desalada, caiga y vuelva a general energía. Con esto se conseguirían tres cosas: aprovechar la fuerza eólica al máximo independientemente de las demandas de consumo de la red, conseguir agua potable, que buena parte hace en muchos lugares de España y volver a producir electricidad con la liberación de este agua embalsada.
Eso sería lo racional, pero el año que viene volveremos a leer en la prensa, como ya ocurrió con el año anterior, y el anterior, que la eólica bate su récord y que los molinos han de ser desconectados de la red por falta de consumo.
Total, a fin de cuentas, nuestra balanza comercial es tan insostenible que para qué preocuparse de arreglar nada de nada, ni pensar en nada de nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario