jueves, 17 de febrero de 2011

Sor Internet en el paro.

María Jesús Galán, una monja de clausura de 54 años más conocida como 'Sor Internet' por haber digitalizado los fondos documentales de su centenario convento de Santo Domingo el Real, de Toledo, ha sido expulsada del mismo. Ella misma se ha encargado de hacer pública la noticia en su perfil y la expulsión no ha hecho demasiada gracia a sus más de 200 amigos de Facebook.

Según la versión de “Sor internet”: «Hay unas keniatas que me han hecho la vida imposible. La envidia ha jugado una mala pasada y han ganado ellas. El delegado de Vida Religiosa, la priora y otras dos monjas han decidido que yo me marchara para que se quedaran tranquilas las keniatas. No tienen vocación pero vienen a recoger dinero para sus familias»

Según otras versiones, debido a problemas de convivencia en el convento, la priora invitó a María Jesús Galán a que se tomara un tiempo de reflexión, a lo que ella respondió avandonando el convento.

El caso es que después de 34 años dedicada a la vida monacal, después de haber digitalizado los fondos documentales del convento y de hacerlo popular en las redes, María Jesús Galán, de no haber sido acogida por unos familiares de Toledo, ahora estaría viviendo en la indigencia. Oficialmente no consta que haya trabajado durante los 34 años que ha permanecido en la Orden y en consecuencia, no percibe subsidio alguno.

En un país donde la lista del paro registra una media de 100.000 nuevos miembros cada mes, una persona más, por muy Sor Internet que sea, no se notará. Pero... ¿qué condiciones laborales, o que tipo de condiciones a secas, son estas que permiten que una persona trabaje, gratis, a cambio de un humilde alojamiento, comida, durante décadas y décadas, para finalmente acabar en plena madurez en plena calle sin ningún medio de subsistencia?

Si esto mismo ocurriera en cualquier otra asociación, por voluntaria que sea, llamémosla “rosacruces del profeta Xosu del séptimo sello de raticulín”, sin lugar a dudas estaríamos hablando de una secta destructiva que se se aprovecha de las personas, las explota, las recluye y las tiene sometidas entre aceptar las reglas del grupo o acabar, si se disiente, a edad avanzada en plena calle sin ningun tipo de recurso económico. Este punto de vista de como puedes estar toda la vida trabajando para una organización, por religiosa que se diga ser, y acabar en plena calle, en la más absoluta indigencia, no es el punto de vista de la noticia en los medios de desinformación, donde lo único importante es el tema keniatas y facebook.

5 comentarios:

  1. La excusa se llama fe. Y la desinformación, suena a metálico.

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  2. Me parece tristísimo lo de esta monja de clausura, y una auténtica aberración que quede en su actual situación.

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  3. Natalia, no es aberración, es esclavitud legal. En España, la esclavitud, aunque con otro nombre, es totalmente legal. ¿En qué estado quedan las familias que pierden su casa, con deudas bancarias para toda su vida y la casa propiedad del banco? En España, existen muchos supuestos, como el de esta monja, en los cuales la esclavitud es totalmente legal.

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  4. Stop:

    Al final, la historia no es así.

    El arzobispado de Toledo se ha visto obligado a publicar un comunicado desmintiendo a la hermana y negando que se la haya expulsado.

    Y es que no la echaron, se fue por su propia voluntad. La monja dominica, María Jesús Galán decidió colgar los hábitos e irse a la casa de su familia, cuando la abadesa del convento de Santo Domingo el Real de Toledo le comunicó que la comunidad entera no la podía aguantar más, que era un continuo motivo de conflicto y que, por lo tanto, le pedían encarecidamente que se trasladase a otro monasterio de la misma orden.

    Fiel a su fuerte y controvertido carácter, la monja reconvenida cogió sus escasas pertenencias, hizo la maleta, dio un portazo y se fue a casa de sus padres, en el casco antiguo de Toledo, a unos cientos de metros de su convento.

    Historias como la de Sor maría Jesús suelen darse, de vez en cuando, en algunos de los 950 conventos de monjas de clausura que hay en España. Historias habitualmente intramuros. Pero, esta vez, la monja invitada a cambiarse de convento contaba con un aliado poderoso: Internet. Y lo aprovechó a conciencia.

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  5. Natalia: en mi artículo ya intenté dejar claro que existían dos versiones, la de la monja y otra en la que se afirmaba que se había marchado por propia voluntad. El caso es que el motivo de mi artículo no está centrado en la cuestión doméstica de un grupo de monjas, de lo que trata mi artículo es que una persona, después de trabajar 30 años para una organización, en este caso religiosa, consta como que nunca ha trabajado en su vida y se encuentra, a falta de una ayuda familiar u otra, en la más absoluta indigencia.

    Que este supuesto se esté dando, que sea legal, me parece pura esclavitud, que es de lo que va el artículo.

    Imagínate que esta monja no fuera famosa. Imagínate que no tuviera familia. Imagínate que el resto de monjas le hicieran la vida imposible. ¿Crees que se marcharía a la calle, a vivir como una indigente, o aguantaría todo lo que le echaran?

    Estas situaciones de trabajar sin el menor derecho a nada, no deberían ser legales.

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