sábado, 12 de febrero de 2011

El bloque islámico que sustituirá a la URSS comienza a tomar cuerpo.

Decía hace poco Henry Kissinger sobre los acontecimientos de Egipto que eran: "la primera escena, del primer acto de un drama que debe ser representado".

Egipto, cuna de los "hermanos musulmanes", 80 millones de habitantes, con frontera con Israel, con un canal internacional, el de Suez, clave para la economía occidental...

Egipto, Túnez, Argelia, Libia, Marruecos, Irak, todos países árabes donde en 30 años la población se ha visto incrementada en un 100%. En 1980, Egipto no llegaba a tener 40 millones de habitantes.

En esta necesaria creación de un Nuevo Orden Mundial, con un nuevo enemigo mundial creíble, un enemigo infiltrado, con millones de musulmanes en Europa, en las repúblicas ex-soviéticas, en la propia Rusia, con millones de musulmanes en Asia, Indonesia, Africa, incluso en las américas. Con unos índices de natalidad increiblemente altos sustentados por razones religiosas y fomentados y alimentados por las ayudas sociales que reciben en la propia Europa, o en cualquier parte del mundo donde las redes islamistas puedan colocar una mezquita, el enemigo creible, invisible y terrible que nos ha de quitar el sueño y convertirnos en psicópatas al mejor estilo de lo que es hoy en día la mayor parte de la poblacion de Israel, Irak o los territorios palestinos, comienza a tomar cuerpo.

A este enemigo le falta teconología, pero el teatro comenzó hace ya muchos años y ahí tenemos a Irán y sus cohetes, y tenemos a Pakistán y sus bombas nucleares. Pero por si eso no fuera suficiente, tenemos la infiltración como el enemigo interior, como una copia de lo que los judíos y el comunismo representaron en Europa, pero ahora es con musulmanes. Copiar lo que salió bien una vez, nunca ha sido malo. Y para más copiar, al igual que los judíos manejaban la banca internacional, el comercio y al mismo tiempo participaban y financiaban el comunismo, las revoluciones e incluso a Adolf Hitler, tenemos en la actualidad a los jeques saudís participando de la economía global, los petrodólares, la especulación bulsatil y al mismo tiempo financiando el islamismo más radical de las madrasas y los partidos islamistas. Y para redondear aún más el asunto, tenemos a Turquía, país que camina hacia el islamismo, con 100 millones de habitantes. Pero que no acabe la fiesta, porque Irán, islámicos también, no se les quedan muy para atrás.

Y a todo esto, no nos olvidemos de aquellas famosas cartas de Albert Pike contando con décadas y más décadas de antelación, la I, II y III Guerras Mundiales.

En defnitiva, el teatro continúa y cada día, a medida que el nivel del encelafolograma medio es más plano, estos dinosaurios del Nuevo Orden Mundial se muestran más descarados e impertinentes.

2 comentarios:

  1. Yo creo que todo es más sencillo,Stop, sin necesidad de buscar complejas maquinaciones.
    Todas las revueltas se están produciendo en los países de absoluta mayoría musulmana. Pero no son teocracias cuyas leyes ordinarias se mezclan con su religión.
    Son falsas democracias laicas, próximas a occidente en todos los sentidos y gobernadas de manera personal y con afán de perpetuarse en su propia sangre,-como era el caso de Mubarak en su hijo, o del Presidente de Túnez en su mujer-, y donde confluyen una crisis económica brutal,dictaduras encubiertas,falta de perspectivas y hambre a raudales.

    ¿Qué estas revueltas pueden desembocar en movimientos integristas islámicos como ocurrió en Irán?.
    Sin duda. De hecho, Aznar y Sarkozy ya lo han avisado.

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  2. En internet hay subido un largo discurso de un clérico musulmán. La conferencia la dió en el 2003 y al final de la misma expone un plan del MOSAN que coincide totalmente con lo que está pasando ahora en estos países.

    Imagínate que España tuviera 80 millones de habitantes, que la mitad de esa población fuera menor de 30 años. ¿Te imaginas cual sería la solución?

    No existe solución. Esto mismo ha pasado varias veces a lo largo de la historia y la solución han sido guerras, revoluciones, genocidios... Pero nada de eso es casual. Ellos juegan con una gran ventaja: la realidad es tan increíble que resulta muy difícil de explicar. Sólo después de darte de narices con ella, y de volver a darte de narices cientos de veces, te empezarás a convencer de que todo está planificado. No hay, ni ha existido nada casual, en estos últimos 200 años.

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