domingo, 27 de febrero de 2011

Defamation, difamación, el documental.


“Defamation” es un documental realizado en el año 2009 por el prestigioso director israeli Yoav Shamir. El tema del documental es el “antisemitismo” visto desde los ojos de alguien que ha nacido y vive en el estado judío de Israel, por lo que, supuestamente, no ha experimentado el antisemitismo.

El documental ganó el premio al mejor Largometraje Documental del año 2009 en los Premios de la Pantalla del Pacífico y Asia.

Por la forma tan natural y neutra en el que está realizado, donde el director, pese a ser parte de los acontecimientos, se vale del ojo de cámara y de sus preguntas con la misma lógica de un observador curioso y desapasionado, es altamente recomendable para ser visto.

Hay una parte del documental en la que Yoav Shamir entrevista a su abuela. Esta entrevista me impactó tanto que reproduzco aquí el diálogo.


Esta es mi abuela. Tiene más de 90 años y vive en Jerusalen.

Decidí contarle la película que estaba haciendo.

  • Soy israelí. Nunca he experimentado el antisemitismo. Estoy intentando entender qué es el antisemitismo.

  • Bueno, ¿y ya lo sabes?

  • Todavía estoy aprendiendo...

  • Estas aprendiendo.

La anciana enseña una foto en la que aparece una hermosa joven de unos veinte años.

  • Esta es tu preciosa abuela: yo.

Ella emigró de Rusia en el siglo XX por la fuerte ideología sionista. Los primeros sionistas vinieron a Israel, Palestina como era entonces, porque pensaron que era la única solución al antisemitismo.

  • Somos entusiastas del sionismo. ¡No vamos a reemplazar el país o a su gente, de ninguna manera! Cuando hablas de cosas así, me duele, me molesta.

  • ¿Qué cosas?

  • Judíos, antisemitismo, cosas así.

  • Pero dicen que hay mucho antisemitismo por ahí.

  • ¿Dónde? ¿Afuera? ¿Y entonces por qué no vienen aquí? Si hay antisemitas, ¿Por qué no vienen aquí? ¿Están esperando a que les maten? ¿Qué?

  • ¿Y por qué no vienen?

  • ¿Que por qué no vienen? Bueno, adoran el dinero. A los judíos les encanta el dinero. Los judíos son ladrones. El judío es un ladrón. Ganan dinero allí. ¿Porqué iban a venir aquí y trabajar por dinero, si pueden ganar dinero allí sin trabajar? ¿Por qué?

  • ¿Allí no trabajan?

  • No trabajan. Eso es lo que estoy diciendo. Tienen dinero sin trabajar. Si vienen aquí tendrán que trabajar.

  • ¿Cómo tienen dinero sin trabajar?

  • ¿Cómo ganan dinero? Intereses, prestan dinero a altas tasas... venden licores... vino... Los judíos dominan esas trampas y tejemanejes, conocen todo sobre eso. Ya te digo, yo soy una “verdadera judía”. El dinero no me ciega. Nada lo hace.

  • Pero tú hablas como los antisemitas, diciendo que los judíos no trabajan...

  • No, no hablo como ellos... Si quieren seguir en el extranjero... ¿Están esperando a que otro Hitler venga a matarles antes de escapar?


Este diálogo me impactó porque la abuela de Yoav Shamir me recordó extraordinariamente a mi propia abuela materna. Mi abuela era de Granada, en España, pero nadie como ella para criticar los defectos de los “granainos”, que a tenor de lo que decía eran muchos e importantes, pero también, sin menoscabo alguno, ella se definía como una auténtica granadina. Quizás lo único que se le podía reprochar era que se consideraba castellana vieja, española auténtica, sin mezcla con moros, ni andaluces, pues ponía el grito en el cielo afirmando que en su familia todos eran castellanos viejos, sin moros, ni judíos. Esto lo decía ya anciana y por lo que me contaron, reproducía las mismas chocheces propias de la edad que le escuchara ella a su abuela. Su hija, mi madre, ya se consideraba española, granadina y andaluza, pero nada de castellanos viejos. Es la transmutación que suele ocurrir entre las identidades de los padres hacia los hijos, que cambian con las "modas".

Que la abuela de alguien tan lejano, me recordara tanto a la mía, en todos los sentidos, me hizo pensar en aquella suposición nunca negada ni nunca bien comprobada de que “en todas partes cuecen habas”.


Se me olvidaba añadir que el documental se puede ver por internet.

3 comentarios:

  1. Cierto, en todas partes cuecen habas y, en algunas, a calderadas.
    Vengo a agradecerte el detallazo de leer muchas de mis entrada y comentarme.
    Gracias y un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Hola Titania. No hay que dar las gracias. Algunas me han gustado mucho. Creo que la de "un paseo por el infierno", si la alargas un poco te vale para un relato corto. Está muy bien. Bueno, esa es mi modesta opinión. Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Los modelos y pautas de conducta se repiten en todas partes.
    Los franceses y los "pies negros" de Argelia, los holandeses e ingleses y los "afrikaneers" de Pretoria,... siempre es lo mismo.
    Saludos.

    ResponderEliminar