En todo este ajetreo del Nuevo Orden Mundial había un pequeño detalle: el terrible enemigo islámico carece de armamento potable convencional, menos aún de nuclear, y no aguantaría ni una semana a las fuerzas "buenas y democráticas" de la OTAN.
Parece que los marioneristas están dando pasos de gigante para solucionar este problema. Un país ataca un barco Turco en aguas internacionales, asesina a no menos de diez ocupantes y secuestra al resto encarcelándolos en su país.
Turquía tendría derecho a clamar al cielo y actuar en consecuencia pidiendo la solidaridad de sus socios de la OTAN. Pero en donde pone país, pongan Israel. Está claro que la OTAN, ni la ONU, ni EE.UU, moverán un dedo para molestar a Israel. Israel puede hacer lo que le venga en gana donde le venga en gana. Es la Ley no escrita de la selva sionista y sus lacayos los masones.
Esta Ley no escrita, puesta en evidencia, puede ser útil para que Turquía encuentre la excusa perfecta para salir de la OTAN, un club cristiano en el que según el Nuevo Orden Internacional Turquía no encaja. Turquía encaja mucho mejor en un reparto de poder con Irán, e incluso con Paquistán. Encaja mucho mejor allí porque da empaque al enemigo necesario. Algo así sí que comienza a dar un poquito de miedo y es un enemigo creíble. Ya sólo falta que alguna ex-república soviética musulmana se saque unos cuantos misiles de la manga para poder sentar a los estrategas y planear una interminable guerra de bombardeos sobre objetivos civiles y movimientos de tropas terrestres. En ese escenario el enemigo islámico sí que puede ser un enemigo de verdad que de para una querra de varios años de sangre, sudor, lágrimas y mucho dinero.
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