domingo, 9 de enero de 2011

Los principios democráticos, la libertad y el tabaco.

Creo que todo el mundo sabe que democracia significa: gobierno del pueblo. En la antigua Grecia, el pueblo quedaba reducido a una casta de ciudadanos, varones, que eran los que formaban el gobierno de la polis. Las mujeres, los esclavos, los extranjeros y los no adultos, no tenían parte en el gobierno democrático de la polis.

Después del ejemplo griego, han existido en diferentes lugares y épocas, gobiernos locales que algunos historiadores han querido equiparar con un funcionamiento democrático. No será hasta la Revolución norteamericana cuando nuevamente se constituirá un gobierno que podríamos considerar esencialmente democrático.

¿Cuales eran los principios fundacionales de dicha democracia norteamericana?

Hay que aclarar que en esa democracia sólo tenían la condición de ciudadanos los varones, libres, mayores de edad y con cierto nivel de rentas.

Los principios fundamentales eran reclamar el derecho natural del hombre a ser libre, y como ser libre, libre de pensar, decidir y vivir conforme a unas leyes dadas de común acuerdo en asamblea de semejantes en la cual se enmarcarían límites a la libertad natural intrínseca a todo ser humano.

Es decir: soy libre, totalmente libre, pero como vivo en sociedad, he de adaptar mi libertad y mis derechos a la vida en común, a unas normas sociales y al bien colectivo de todos aquellos que aceptamos darnos y acatar estas normas.

En estos principios naturales existían ciertas contradicciones, pues las mujeres quedaban fuera de esta cacareada libertad, sometidas a sus maridos, hermanos y padres. También quedaban fuera los esclavos. La esclavitud continuó existiendo durante mucho tiempo.

¿Entonces, qué querían decir estos nobles terratenientes norteamericanos con eso de la libertad inalienable y la libertad de elección propia a todo ser humano, con la que nace, sea recogida o no por las leyes? Principios que además, hay que señalarlo, dieron por supuestos y no dejaron por escrito mas que, a parte de la libertad, unos pocos de ellos. Lo que sí dejaron por escrito es que los ciudadanos gozaban de libertades intrínsecas, incluso las no recogidas por las leyes. Que bien mirado, es un detalle.

Básicamente, lo que estaba en juego era que los reyes eran reyes por la gracia de Dios, y todos aquellos nacidos bajo sus dominios, eran sudbitos y estaban sujetos a la Ley de su señor Rey.

Al librarse de la corona británica, se debía crear un nuevo principio de legalidad distinto. La legitimidad de la monarquía, debía sustituirse por otra forma de legitimidad. Así que la voluntad de los ciudadanos, libres, nacidos libres por voluntad de Dios, unidos de común acuerdo para gobernarse, era un buen principio de legalidad. Además, las ideas de la ilustración habían puesto en tela de juicio muchos axiomas mentales. Para no ser tachados de traidores, esa libertad debía ser un bien natural, que se había tenido siempre, desde el mismo momento del nacimiento. De esta forma, el que es libre desde que nació y es fiel a su libertad, lo reconozca o no lo reconozca una Ley humana, no puede ser un traidor a su Rey.

Establecido la base fundamental del derecho a ser libre, es decir: a no ser propiedad del monarca, o del noble de turno, se establecía todo un entramado político de representantes y forma de gobierno.

En la Constitucion Norteamericana inicial, no se especifica qué es la libertad, y básicamente se centran en la libertad para crear una forma de gobierno democrático con asamblea de representantes.

Serán los franceses los que con las hambrunas que ocurrieron en Europa con la pequeña glaciación, esto es, malas cosechas, unido a la banca rota por ayudar a los Estados Unidos en su guerra de independencia (a España le ocurrió exactamente lo mismo), crearán unas condiciones sociales favorables a un cambio de legitimidad, y la fuente de la soberanía, y la legitimidad jurídica, pasará del rey, a los ciudadanos (burgueses).

¿Cómo definieron los revolucionarios franceses qué es la libertad?

Artículo 4.- La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no perjudique a otro: por eso, el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no tiene otros límites que los que garantizan a los demás miembros de la sociedad el goce de estos mismos derechos. Tales límites sólo pueden ser determinados por la ley.


¿Qué principio de legitimidad utilizaron para afirmar y hacer cumplir esto?

Artículo primero.- Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden fundarse en la utilidad común.

Artículo 2.- La finalidad de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Tales derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión.


Estamos ahora en España con otra cortina de humo, nunca mejor dicho, en donde gente sin demasiado sentido común llama a la desobediencia civil por una Ley antitabaco. Afirman ellos que el ejercicio de su libertad les legitima para desacatar la Ley y permitir que se fume en sus bares o restaurantes.

Bueno, como vivimos en un país de ignorantes, no hay que esperar que estos "libertarios" sepan que: La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no perjudique a otro".

Tampoco hay que exigirles que sepan que el tabaco, no tanto por el tabaco, sino por la cantidad de sustancias adictivas y tóxicas que la industria tabaquera introduce en el producto, es perjudicial para la salud, acorta la vida de las personas y daña a quienes sin fumar, involuntariamente, respiran el humo del tabaco.

Artículo 5.- La ley sólo tiene derecho a prohibir los actos perjudiciales para la sociedad. Nada que no esté prohibido por la ley puede ser impedido, y nadie puede ser constreñido a hacer algo que ésta no ordene.

Para ser honestos, el tabaco debería estar prohibido por Ley, ya que daña a quien lo consume, a quien no lo consume pero respira su humo, y está manipulado industrialmente con gasolinas, ácido sulfúrico, metales pesados, y otras sustancias venenosas, por una industria tabaquera que gana grandes sumas de dinero y busca únicamente la adicción del consumidor para continuar ganando un beneficio económico. El consumo de tabaco, como el del hachís, la cocaina, el crak y otras drogas adictivas, es malo para la sociedad.

¿Cuáles son las causas que permiten que el tabaco sea legal?

Se podría argumentar que es una droga blanda, que consumida en pequeñas cantidades, no es peligrosa, que consumida en determinadas circunstancias, no molestará a nadie y dará placer al consumidor. Algo parecido se puede argumentar sobre el alcohol para defender que sean sustancias legales.

El siguiente argumento es que la ilegalización de las llamadas drogas sociales, o blandas, nunca funciona, robustece a las mafias organizadas y producen un perjuicio social mayor del que se intenta evitar con su ilegalización.

¿Cómo debería entonces consumirse el tabaco, el hachis, el crak, y otras sustancias?

Es evidente que beber un vaso de vino, no embriaga a la persona que tenemos a nuestro lado. En el caso de drogas que alteran los sestidos de la persona, o que envenenan el aire volviéndolo viciado, sí que estamos alteran la libertad del que tenemos al lado, y su consumo debería realizarse en el propio hogar, y no en un lugar público. Recordemos que el consumo de drogas no está penalizado por la Ley. Traficar con drogas sí está penado por ser un delito contra la salud. El consumo no. Si usted quiere beberse un litro de lejía, o ácido sulfúrico, en el salón de su casa, es libre de hacerlo.

La ley actual permite fumar en terrazas, patios interiores, habitaciones de hotel especialmente destinadas a fumadores, y en general, en todo espacio abierto excepto los parques infantiles. El otro lugar donde permite fumar es en clubs de fumadores, lugares donde personas mayores de edad se reunen para fumar.

Independientemente de que la Ley sea mejorable, es evidente que se persigue la protección de la libertad individual.

¿Continuará molestando el viandante fumador al viandante que no es fumador? Sí, continuará molestándolo con su humo.

¿Continuará molestando el fumador sentado en una terraza al ciudadano que pretende tomar un café en una terraza sin aspirar el humo del tabaco de otra persona? Sí, continuará molestando. Encontrar una terraza en la que se prohiba fumar, es misión imposible.

Es evidente que desde el punto de vista del no fumador, esta Ley es incompleta. También es evidente que desde el punto de vista del no fumador, esta ley supone una avance en la defensa de sus derechos. Lo siguiente que se hace evidente es que actual Ley antitabaco sólo está protegiendo, o intenta proteger, plenamente los derechos de los trabajadores de hostelería a desarrollar su trabajo en un espacio lo más limpio posible, sin humos.

Pese a esto, los fumadores ven la copa medio vacía. Y a ese vacío, lo llaman libertad. Su libertad para hace lo que quieran, llamando al incumplimiento de la Ley, sin pensar para nada con la cabeza en que, legalmente, si no les gusta una Ley, deberían luchar por cambiarla. Equiparar el vicio de fumar en un espacio público, en el que trabajan personas, a la libertad del ser humano, lejos de ser un signo de cordura, parece un signo de padecer el mono.

2 comentarios:

  1. Qué buena la entrada... A ver quién te lleva la contraria de modo coherente cuando no dejas opción posible por no haberla. Sospecho que me va a gustar leer tus comentarios si es que se dan. Tal cual en el blog donde acabo de leerte. Eso, si no terminas harto de repetir lo mismo una y otra vez sin que se te escuche, y cierras antes. Y es que como me dijo una vez un amigo hace tiempo, aquello es como una cueva donde sólo hay eco (y palmeros, añado yo). Si tus comentaristas vienen de allá, y si tú, ni lo uno ni lo otro como parece, creo que aquí como allí, conseguirás poco más que perder el tiempo. Eso, y también que otros aprendamos de tus argumentaciones cuando discrepes, o no.

    Salud, y ánimo. Te harán falta.

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  2. Lo hemos debatido en otro blog, y como le dije en su momento, usted parte de una premisa que hace que jamás podamos compartir un acuerdo.
    Y es que usted eleva a la categoría de supraelemento la Ley como elemento irrefutable, cuando eso supone nada más y nada menos, que defenestrar el principio básico que rige la vida de cualquier ser humano y que nos es otro que la libertad.
    A partir de esa libertad, es de donde nacen los derechos.
    Y de esos derechos, de su custodia, el ordenamiento jurídico.

    Si llegados a este punto, en pleno siglo XXI, en un país de la UE, hay gente que acepta (sin rechistar) que se militaricen trabajadores civiles, se decomisen coches por infracciones de tráfico, se cuestione la propiedad privada, se prohiba ejercer derechos... esa sociedad tiene un grave problema y está a cinco minutos mal contados de ser engullidos por el totalitarismo.

    Yo, que milité largo tiempo en esa izquierda idealista de Mayo del 68 - no en esta izquierda guerracivilista, resentida y llena de odios y rencores que hoy existe en España-, de aquel "prohibido prohibir", me quedo estupefacto ante esa ola totalitaria que parece invadirnos.

    Está claro que España no es una sociedad abierta con una larga tradición en la defensa de los valores democráticos.
    Libertad, la libertad de elegir y construir nuestras propias vidas, aunque luego, "timeo danaos et dona ferentes", ("temo a los griegos aunque nos den regalos").

    Saludos cordiales.



    Apostilla:

    Al "anónimo" banderillero.
    Cómo le dijo Sánchez Mejias a un rehiletero de un compañero de terna; "vale que tu maestro sea un cagón, pero por lo meno tu, arrímate al morlaco".
    Le digo lo mismo.
    A usted y a su maestro/maestre "amigo".

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